Descubriendo la infidelidad de mi esposa
Fecha: 23/09/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ParejaSW, Fuente: CuentoRelatos
Primero que nada, les agradezco que se tomen el tiempo de leer este que es mi primer relato. Soy nuevo en esto y por lo mismo quizás mi redacción no sea la mejor, pero espero ir mejorando con el tiempo ya que tengo muchas cosas que contarles.
Comenzaré por presentarnos, mi nombre es Manuel y soy un hombre de 28 años, piel morena, mido 1.78 y tengo una complexión media, ni gordo ni flaco. No me considero dotado, más bien siento que estoy en el promedio (16-17 cm).
Mi esposa se llama Carla, tiene 28 años, piel blanca y suave, ojos azules, cabello negro, tetas algo pequeñas y unas nalgas muy acorde a su estatura (1.55).
Me gusta decir que somos una pareja muy abierta sexualmente hablando, pero esto no siempre fue así, ya que tuvimos que pasar por algunas cosas que al principio fueron difíciles, pero terminaron por fortalecer nuestra relación.
Somos de la ciudad de México y afortunadamente tenemos una casa propia debido a que mi esposa la recibió de herencia por parte de su abuela paterna. Y casi olvido mencionar que por razones de testamento mi cuñada vive con nosotros.
Ella se llama Pamela, es de la misma complexión física que mi esposa solamente que tiene nalgas más grandes y su piel es de un tono canela y con ojos de un tono café claro, además es 6 años menor que nosotros.
En fin, creo que comenzaré por decirles que tengo una gran debilidad por la ropa interior femenina una vez que ya está usada, me encanta inhalar el aroma de las prendas y más cuando ...
... están frescas, también tengo un fetiche por los pies femeninos que me inculcó mi esposa ya que a ella le gusta ser dominante la mayoría del tiempo.
El sexo siempre ha sido maravilloso, pero llegó un tiempo en el que Carla comenzó a perder cierto interés, ya no me hacía caso en las noches a pesar de que se seguía vistiendo de manera provocativa. Muchas noches comencé a desvelarme en la cocina mientras ella estaba en la recamara "dormida". En varias de esas ocasiones me encontraba a mi cuñada que iba llegando de fiesta, en un muy mal estado, en muchas ocasiones termine llevándola así recámara que estaba junto a la nuestra y debo admitir que durante el tiempo que mi esposa no me había caso sentía la tentación de aprovechar el estado de mi cuñada para satisfacerme aunque siempre me arrepentía al último momento ya que pensaba en las consecuencias que eso podría traerme.
En una de las últimas veces que tuve que subir a mi cuñada, al pasar frente a nuestra puerta escuché que Carla estaba gimiendo muy bajo, pero era inevitable que se alcanzara a escuchar a través de la puerta y de la pared que separaba las dos habitaciones. No quise entrar a ver qué ocurría, preferí llevar a mi cuñada a su recamara y alistarla para dormir.
Me sorprendió el hecho de que a pesar de que mi esposa estaba intentando reprimir sus gemidos, se alcanzaba a escuchar perfectamente del otro lado, por lo que me quede pensando en que cuando teníamos nuestras sesiones de sexo, mi cuñada perfectamente podría ...