1. Sensaciones sexuales (II)


    Fecha: 25/09/2024, Categorías: Confesiones Autor: ramirogal, Fuente: CuentoRelatos

    Salí de la casa de Natalia, pensando aún qué era lo que había sucedido. No lograba entender pero aun lo disfrutaba.
    
    Era sólo caminar hasta la avenida para tomar el ómnibus, que con suerte, por ser sábado no tardaría en llegar y no vendría muy lleno. Mi pronóstico se cumplió, llegó en apenas dos minutos y cuando subí solamente tres personas estaban ocupando asientos muy separados. A medio pasillo, sobre el lado izquierdo estaba un muchacho joven, quien al verme puso cara de asombro. Cuando lo vi me pareció conocido pero no tenía la seguridad que así fuera así que lo ignoré y me senté en uno de los asientos del fondo. Luego de un poco más de media hora de viaje, me paré para tocar el timbre y descender del micro. El joven también se paró y se colocó detrás de mí. Por supuesto a una distancia prudente, de todos modos notaba que no paraba de sonreírme.
    
    Bajé del ómnibus y detrás mío el joven, el cual acelera su paso y me dice:
    
    - Hola Marisa! Imagino que no te acordás de mi. Soy Lauti.
    
    Ahí me cayeron todas las fichas. Era Lautaro, el sobrino ahijado de mi vecina. Como olvidar a una persona con ese nombre. Cuando éramos chicos los fines de semana nos veíamos, ya que nos gustaba jugar en la terraza del edificio donde vivíamos. De adolescente se fue a vivir al sur, así que creí que nunca más lo volvería a ver, pero me equivoqué. Y él tampoco había olvidado momentos de nuestra niñez.
    
    - Lauti, no sabía que habías vuelto, te hacía viviendo en Río Gallegos.
    
    - Sí, pero ...
    ... me acabo de anotar en la facultad de Ingeniería así que me vengo a vivir de mi tía madrina por unos años. Nos volveremos a ver y si tenés ganas podemos volver a jugar en la terraza.
    
    - Ya no juego, pero sí me gusta tomar sol y tomar mates. Sí querés esta tarde nos podemos juntar y tendremos mucho para hablar ¿te parece?
    
    Todavía no me había recuperado de las sensaciones vividas en casa de Natalia, y acabo de invitar a un viejo amigo a que tomemos sol juntos. No terminaba de entenderme a mí misma.
    
    A las cuatro de la tarde tenía todo preparado y me dirigí a la terraza. Decidí ir por la escalera, pensando en cada escalón que subía si era correcto o no lo que había hecho. Llegué y al abrir la puerta lo vi a Lauti, ya con las dos reposeras preparadas y una sombrilla en el lugar justo. Le di las gracias por tener todo preparado, me senté semi acostada en una de esas reposeras y le confesé que estaba con un poco de sueño por haber dormido en otra cama que no era la mía. Por supuesto que no di mas detalles que eso.
    
    - No te preocupes me dijo. Puedo ayudarte a estar descansada.
    
    Al instante tomó uno de mis pies y comenzó a hacer un masaje suave. Era una sensación hermosa. Generalmente siento cosquillas en esa zona, pero esta vez lo hacía tan bien que lo estaba disfrutando mucho. Movía mis dedos y acariciaba mi empeine y la planta de mi pie. Primero con uno y luego con el otro. Me preguntó si estaba bien y le dije que sí, que hiciera lo que tenía que hacer.
    
    Tal vez no ...
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