1. Turista


    Fecha: 30/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... mueca diabólica y por último Ernesto cargado con una sombrilla y una silla de playa:
    
    -Pasa, el calentador no enciende.
    
    Fue su recibimiento y su despedida, porque sin decir nada más los tres se marcharon a la playa. Yo entré en la casa y vi que Marisa estaba sentada en el sofá del salón. Su postura, con una pierna subida y la otra apoyada en el asiento, dejaban ver más allá de lo pudorosamente aceptable. Ella, hablaba por teléfono y me hizo un gesto con la cabeza como dándome permiso para pasar hasta el lavadero y que me dedicara al calentador.
    
    Mientras investigaba sobre las posibles causas, oía a la inquilina reír con su interlocutora ya que supuse que sería alguna amiga o su propia hermana por la terminología que empleaba; el gilipollas o la bruja, en clara referencia a su marido y su suegra. Dejé de prestar atención a la conversación cuando de repente Marisa apareció por el lavadero.
    
    Iba con un mini pantalón deportivo, tipo mallas, muy ajustado que no dejaba lugar a la imaginación. Se le marcaba un buen coño, posiblemente sin bragas, y una camiseta, también deportiva, en la que se le marcaban unos impresionantes pezones sin sujetador. No pude evitar mirarle las tetas. Después la cara, era mucho más guapa de lo que si perpetuo enfado mostraba.
    
    Me miró y al tiempo que se quitaba la camiseta:
    
    -Olvídate del calentador que no le pasa nada...
    
    Ante mostró dos maravillosas tatas, algo caídas, con una aureola grande y rosada espectacular. En el centro un ...
    ... pezón endurecido pedía a gritos un mordisco. Sin tiempo a reaccionar se acercó a mí y para comerme la boca al tiempo que me echaba mano al paquete. No dudé en agarrarle las tetas, pellizcarle los pezones y comérselas. Durante unos minutos estuvimos morreándonos al tiempo que mi polla crecía atrapada en mi pantalón vaquero.
    
    Lentamente, Marisa, fue descendiendo hasta arrodillarse delante de mí. Mirándome a los ojos y con una sonrisa de zorrón me desabrochó el pantalón para liberar mi polla con una tremenda erección. La agarró fuerte por el tronco, tirando de la piel hacia atrás y haciendo que el capullo se tensara, mostrándose inmenso antes de comenzar una mamada espectacular durante 10 minutos. Ayudándose de la mano derecha para pajearme fue metiéndosela entera en la boca para luego comenzar a sacarla poco a poco. Continuó con un movimiento de cabeza, de delante a atrás hasta llevarme al límite.
    
    Cuando noté que me iba a correr la avisé. La inquilina se la sacó de la boca y continuó pajeándome mirándome a los ojos. Con un grito le solté varios lechazos que dirigió a sus tetas. La visión desde arriba, de los chorros de lefa viscosa y blanquecina descendiendo por sus maravillosas tetas no lo podré olvidar. Continuó con movimientos más lentos para terminar de ordeñarme.
    
    Con los pantalones por las rodillas, notaba como me temblaban las piernas productos del tremendo orgasmo. Ella se puso en pie, y sin decir nada, se ha metió en el baño. Yo volví a la oficina con una extraña ...