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La amiga de mi hermana
Fecha: 08/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... llamativo era su bonita sonrisa de boca grande y un buen culo. Pero nunca me habría fija en ella de no haber sido amiga de mi hermana no haber sufrido el "incidente". Nos conocíamos desde hacía muchos años. Casi desde niños llevábamos viéndonos por mi casa pero nunca había surgido nada entre nosotros y ahora la tenía plantada en mi mente produciéndole una extraña sensación morbosa. Durante los siguientes días, cada vez que nos cruzábamos en mi casa, Yoli me miraba con lascivia camuflada bajo un rubor vergonzoso. Yo le sonreía orgulloso de haber exhibido mi "hombría" ante aquella amiga de la familia. Todo se precipitó una tarde. Llegué a casa y no encontré a nadie. Ni mis padres ni mi hermana. Los primeros habían salido con unos amigos y volverían muy tarde. A mi hermana la supuse en casa de Yoli. Me dispuse a ducharme. Justo en el momento de entrar en la ducha sonó el timbre. Al estar desnudo hice caso omiso y pasé. Pero la insistencia me enfadó hasta el punto de cabrearme. De manera que me envolví una toalla a la cintura y con paso firme y ceño fruncido me dirigí a la puerta. El visitante seguía golpeando el timbre de forma obsesiva. En mi cabeza iba preparando los insultos que pensaba decirle. Al abrir vi a Yoli... De inmediato la situación se volvió tremendamente morbosa. Yo solamente tapado con una toalla en la que se abultaba mi polla siempre morcillona. En el descansillo de la escalera de mi casa Yoli, la hermana de mi hermana, mirándome sin decir nada: -¿Qué ...
... quieres Yoli? -¿Está tu hermana? -me preguntó con un hilo de voz. -No, no está. Creí que estaba contigo. -Y me dispuse a cerrar la puerta. -Espera -empujó Yoli la puerta para que no cerrará -¿puedo pasar? La amiga de mi hermana entró en casa y cerré tras ella. Había poco que explicar. Nos miramos y Yoli se abalanzó sobre mí para comerme la boca. Yo le correspondía de manera morbos. Nuestras lenguas se entrelazaban y las manos de cada uno corrían por los cuerpos del otro. Yoli tiró de mi toalla dejandome desnudo. Mi polla lucía totalmente erecta a estas alturas. Yoli no pudo contenerse y la agarró. Aún hoy recuerdo la suavidad de su mano intentando abarcar el grosor. Su torpe movimiento masturbatorio que delataba su falta de experiencia. Entre morreos y caricias llegamos a mi habitación. Nos tiramos en mi cama y comenzamos a retozar. Rodamos abrazados. Besándonos. Agarrandonos. La verdad es que Yoli no tenía un mal desnudo. Sus tetas eran pequeñas y con la aureola y el pezón marrón muy oscuro. Pero no tenía mal cuerpo, su coñito lucía cubierto por un pequeño triángulo de rizos negros mucho menos abundante que Vane, mi novia. Llevé mis dedos hasta su rajita y comencé a acariciarla. Separaba sus labios y pringaba mis dedos con su flujo caliente y viscoso. Después los llevaba hasta su clítoris. Comencé a masturbarme y ella hundió su cabeza en el hueco entre mi cuello y mi hombro evitando así gritar por el placer. Sentía mi polla ardiendo y mi capullo latía. El morbo ...