Fantasías con la niñera
Fecha: 08/10/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Ahmed89, Fuente: CuentoRelatos
... sobre ella. Dios, sólo de recordarlo se me pone dura.
Desde mi sitio llegaba su olor, como de frutas del bosque, y de nuevo se me puso como una roca, imaginando qué sabor tendría al lamer su piel. No sabía cómo entablar conversación y al final opté por preguntarle si estudiaba y me contestó que sí, que estudiaba filología inglesa. “Y encima es inteligente”, pensé para mis adentros. Deseaba por un momento dejarme llevar por mis más bajos instintos y convertirla en el objeto de todas mis perversiones. Mamar aquellos pechos en punta, frotarme con aquella piel que imaginaba suave, subirle aquella faldita, bajarle las braguitas y penetrarla mientras observaba su rostro mostrando señales de dolor y placer. Pero me contuve.
Finalmente llegamos a su casa, me dio un beso en la mejilla para despedirse y se bajó del coche. Me quedé inclinado viendo cómo se movían aquellas nalgas al alejarse, hasta que finalmente desapareció.
Nunca tuve una amante de esa edad, ni siquiera cuando era joven, y perdí la virginidad casi a los 30. Sentía que me había perdido algo ...
... todo ese tiempo y lo intenté recuperar con mi esposa, pero ella también estaba mayor cuando nos acostamos por primera vez, habiendo probado ella ya a otros con la edad de Silvia. Me parecía injusto no haber disfrutado de alguien como esta niñera.
Aquella noche llegué a casa, y en lugar de meterme al baño a masturbarme opté por ir a la cama con mi esposa, me abracé a ella por detrás, e imaginando que era Silvia, le arranqué su braguita y el sujetador, mientras se preguntaba que qué me pasaba y sin mediar apenas palabra la penetré levantando una de sus piernas. Si bien su piel ya no tenía el carácter inmaculado de Silvia, aún se mantenía en forma y con ella en la mente acabé eyaculando mientras gemía de tal manera que acabé desmayado mientras caía rendido en la cama. Al día siguiente hablé con mi esposa y por lo que dijo, pensó que aquella reunión entre amigos me había sentado bien y mi estado de ánimo había hecho que deseara tener sexo con ella después de mucho tiempo sin tocarla. No era exactamente así, pero estaba claro que Silvia había salvado mi matrimonio.