Bendita juventud del hijo de mi jefa
Fecha: 09/10/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DAMECANDELA, Fuente: CuentoRelatos
... tengo problemas con llegar a vieja, eh, pero no me siento así todavía.
- Me parece bien. Te puedo ayudar? - me preguntó mientras miraba la tabla donde yo cortaba verduras.
- No hace falta, vos sos el agasajado. Andá a descansar o a hacer algo más divertido.
- Ya me cansé de ser el agasajado en todos lados. Te quiero ayudar. Aparte así converso con alguien.
- Bueno…como quieras.
- A tus órdenes. Decime qué hacer.
Lo miré y quise volver a tener su edad y su frescura. Volver a la época en la que no estaba casada ni tenía hijos, volver a seducir.
- Mmmm, a ver… Vení, pelá estas zanahorias y cortalas en cuadraditos.
Se puso al lado mío frente a la mesada. Le extendí una bolsa con zanahorias y un cuchillo. Al tomarlo rozó mis dedos con los suyos, y lo miré tratando de deducir si lo hacía a propósito. No pude saberlo. Se puso a trabajar mientras yo cortaba morrones.
- Qué tal España?
- Ufff, increíble. La pasé muy bien, pero extrañé Argentina.
- Mucha fiesta, no?
- Yyyy… - dijo y se rió - un poco…
- Juventud, divino tesoro.
- Ahora sí sonás como una abuela. - dijo mirándome de reojo.
Me reí y le di un codazo suavemente.
- Respetá a los mayores.
Yo no sabía si estaba enloqueciendo, pero sentía una tensión sexual alrededor nuestro. Sin embargo, no creía que un chico de su edad, de familia pudiente, fuera a fijarse en una empleada doméstica que le doblaba la edad. Me sentí una adolescente pensando sinsentidos.
Mientras seguiamos ...
... cocinando, llegó Zulema.
- No sabés el calor que hace, Romi - dijo mientras dejaba sus cosas sobre la mesa.
Al levantar la vista para mirarme, nos vio y pude ver la sorpresa en sus ojos.
- Abel cocinando?! Cómo lo lograste? - me preguntó irónica
- Yo no hice nada, él quiso ayudarme...
- Increíble. Jamás me ayudó a cocinar a mí.
Abel revoleó los ojos.
- Sos una exagerada, mamá. - le dijo
Más tarde almorzamos los tres juntos. Seguí sintiendo que Abel me miraba de una manera especial, y más tarde me encontré fantaseando con él mientras limpiaba la casa.
Durante los días siguientes, él seguía buscando pasar tiempo conmigo, y yo buscaba excusas para estar cerca suyo también. Zulema parecía contenta con el hecho de que su hijo y yo nos lleváramos bien.
- Parece que le caíste bien a Abel, en cualquier momento te empieza a decir tía.
Yo me reí pero por dentro me dio pánico de que me viera como una tía.
Una de esas tardes, preparando comida para Navidad, lo llamé con la excusa de que me ayudara a bajar un paquete de la alacena, que a mí me quedaba alta. Yo medía 1.60 aproximadamente, y él medía por lo menos 1.80. Él vino y amablemente y, sin dificultad, bajó lo que yo necesitaba. Me lo dio en la mano.
- Gracias
- Para lo que necesite, doña - me dijo en broma
- Tu mamá me dijo que ya me estabas empezando a tomar como una tía
- Está loca, no te veo como una tía. - dijo mientras se alejaba de la cocina.
Yo no respondi nada, aunque me ...