1. Matrimonio convencional (IV)


    Fecha: 09/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Ginjm, Fuente: CuentoRelatos

    Estaba sorprendido de lo “fácil” que había sido convencer a Bea, me dejó sin saber qué decir, la única parte de mí que reaccionó fue la polla. La comedida y tradicional Bea estaba dejando entrever otra faceta suya que me gustaba mucho a la par que temía.
    
    Se me mezclaban tantas sensaciones de golpe que no sabía cómo gestionarlas. Por un lado, me sentía tremendamente excitado por ver a Bea disfrutar con este juego y cabreado conmigo mismo por haber accedido, sin discutir, a lo que me pedía Don Cosme. La situación se me estaba yendo de las manos, notaba la metamorfosis que estaba teniendo mi preciosa mujer, lo que me producía una tremenda punzada en el estómago. Debía seguir adelante o cortarlo de inmediato. Mi silencio y actitud postural debieron hablar por mí mismo, porque Bea se me acercó y, señalando mi tremenda erección me dijo: “Pues sí que te gusta la idea, hijo, qué raro estás. Bueno, a ver si estimulamos a esos perezosos- finalizó embolsando los huevos y apretándolos suavemente.
    
    Callé y asentí.
    
    Su condescendencia resultaba cariñosa aunque no exenta de reproche, me acariciaba y reprendía a la vez, como lo hace una madre a su hijo que le consiente un capricho pero le alecciona a la vez. Se sentía poderosa.
    
    Descubrió que manteniéndome en un estado de excitación controlado le permitía manejarme a su antojo sin escuchar de mí la más mínima queja. Disfrutaba moviéndome a su antojo y consiguiendo tenerme detrás de sus deseos sin fisuras.
    
    Mi plan, si es que ...
    ... alguna vez fue mío, comenzó a trascenderme, Bea parecía divertirse (puede que excitarse) conmigo. Esperé a la noche para obtener una buena recompensa, en la oscuridad de la habitación y hablando en susurros le pedí el premio de, al menos, una paja. Mantuvo su postura de espaldas a mí y ladeando la cabeza a la para que con su mano izquierda tocaba mi polla, me dijo con una voz pasmosamente tranquila e indiferente: -Hoy has sido un buen chico, te has portado bien, como debe ser, pero no quiero desperdiciar tu semen y no me apetece hacer nada esta noche. Duérmete y no te toques.
    
    -Pero Bea, estoy encendido mira cómo me tienes. No podría…al menos… una paja rápida.
    
    -NO! Y no se hable más, mañana tenemos mucho que hacer y necesito descansar. No me molestes.
    
    -Pero…, no supe qué responder, ésa forma de actuar de Bea me dejó descolocado, su forma de ignorarme no hizo más que incrementar mi grado de excitación.
    
    Me costó mucho poder controlarme para poder dormir, estaba agitado.
    
    Al día siguiente se despertó radiante, alegre como una chiquilla. Tras comprobar que no había manchas de semen por las sábanas me destapó de golpe para despertarme.
    
    -Vamos dormilón, que hoy tenemos mucho que hacer.
    
    Durante el desayuno me insinué en varias ocasiones restregando mi polla dura por su culo, giraba la cabeza al notarme y me sonreía maliciosa, aunque no pasó de ahí. Me fui al trabajo caliente como no recordaba haberme ido en toda mi vida, con ese típico cosquilleo nervioso en el ...
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