Matrimonio convencional (IV)
Fecha: 09/10/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Ginjm, Fuente: CuentoRelatos
... dividiéndolo en dos perfectas mitades, se giró poniéndose frente a mí, cohibida y colorada. Con recato encanto comenzó a bajarse las bragas moviendo la cadera con los muslos cerrados hasta que la parte que tocaba su sexo se separó de ella, la parte interior estaba brillante y húmeda por el fluido de su coño, los pelillos que adornaban su vagina también pegados por el flujo. Estaba excitada y nerviosa, pero resuelta a seguir adelante. Se sentó a horcajadas en el bidet, de espaldas a mí, y se esmeró en la limpieza de su ano y coño, con naturalidad, como si yo no estuviera. Una vez terminó se puso de pie frente a mí, sus ojos clavados en los míos que viajaban sin poder detenerse entre sus pezones que parecían querer romper la camiseta, su peludito coño y su mirada desafiante. Se me puso dura al momento.
Sonrió traviesa y algo avergonzada cuando notó mi polla presionando mi pantalón.
No dijo nada, se sentó en la tapa de la taza del váter, casi en el filo, abrió sus piernas apoyándolas en el borde de la bañera y la otra en un taburete. Nunca, en todos los años que la conozco, había tenido una visión tan directa de su coño, ligeramente abierto, brillante, rodeado de vello. Me quedé boquiabierto, alelado por verla así, despatarrada y expuesta. ¡Joder! La polla me dolía de lo dura que la tenía.
La notaba incómoda, demasiado expuesta, sonrojada y resuelta.
-¡Vamos! ¡A qué esperas! Te has quedado embobado. Dibujando una sonrisilla traviesa y dulce.
-Eh, Si, si, ...
... perdona. Fue lo único que acerté a decir, mientras cogía la espuma, la toalla y la maquinilla de hojas.
Me puse de rodillas para poder maniobrar mejor, Bea me miraba desde arriba, orgullosa y poderosa, me sentí pequeño ante tremenda diosa.
-Otra vez he conseguido que te pongas rodillas, le voy tomando el gusto a verte así jajaja
-Ja ja, Graciosa mi niña, le contesté sarcástico. No quería que supiera que lo estaba disfrutando.
Mientras despejaba la zona y recortaba aquí y allá, su aroma me envolvía, un aroma embriagador, intensamente excitante. Tuve que detenerme varias veces para acomodarme la polla.
-¿Qué haces tocándote tanto por ahí? Era evidente, pero parecía encontrar un placer morboso en hacerme sufrir.
-Nada, nada. Le contesté sin mirarla para que no viera en mis ojos el deseo y la excitación que estaba sintiendo.
Centrado en mi tarea, recreándome, pasaba mi mano por la zona delicada para comprobar el apurado y jugaba a ratos con sus labios mayores, abriéndolos para tener una visión mejor de su clítoris y de la entrada de la vagina. Me entretuve un rato en el periné, a pesar de que no había prácticamente nada que rasurar por ahí y jugué con los alrededores de su ano simulando estar recogiendo espuma o agua.
Hasta el ano llegaba un líquido transparente y viscoso que no era espuma, ¡Joder! Estaba chorreando. Aprovechando la hidratación de sus jugos recorrí la zona entre el coño y el ano haciendo círculos alrededor de su pequeño agujero. Noté cómo se iba ...