1. Nuestra gran despedida M19 H30


    Fecha: 12/10/2024, Categorías: Poesía erótica, Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Te miré desde lejos, te veías igual de hermoso que cuando te conocí. Qué lastima jamás haberte dicho lo mucho que me gustabas, ese día mi cuerpo lo haría pero sería la última vez. Hoy solo me tocaba mostrarme sumisa y ser tuya por primera vez...
    
    Entraste a mi departamento donde tantas veces habíamos estado juntos pero donde jamás habíamos concretado nada. Intente no mostrar ninguna señal a tu presencia, a tu delicioso perfume, a tu lejanía, a tu belleza y elegancia que tanto me hacen soñar.
    
    Me tomaste por la cintura y olfateaste mi cuello, comenzaste a hacerme chupetes y no pude evitar soltar suspiros de vez en vez. Subiste tu mano a uno de mis pechos y le diste un gran apretón, eso me hizo soltar un gran gemido. Al parecer eso desato tu lado salvaje, ese que tanto me gusta pero siempre te reprimí.
    
    Me volteaste hacia ti y me plantaste un besote de esos que tanto anhelabas darme. Me colocaste de espaldas, contra la pared, tantas veces me lo habías escrito y ahora lo cumplirías. Subiste mi minifalda negra. Te sorprendiste al ver mi hilo negro, me diste unas cuantas nalgadas y te levantaste repentinamente a poner música, típico de ti el dejarme en ascuas, pusiste nuestras canciones favoritas.
    
    De vuelta a mis nalgas comenzaste a frotarme muy rico, estabas consciente que eso me mataba, gemí y gemí, al fin y al cabo ya no tenia de qué avergonzarme. Colocaste tu cabeza entre mis muslos y, aún con mi ropa interior puesta, me empezaste a lamer. Estabas dispuesto a ...
    ... llevarte de mí un squirt o de plano una lluvia dorada. Esa noche lo dejamos todo en la cama. Yo solo podía apretar mi diminuta vagina y sujetarme a la pared, cerrar mis ojos y pensar en lo mucho que me gustabas y las cosas que perdería aquel día.
    
    La música, la lluvia, mis gemidos sonoros pero apagados, tu lengua traviesa y ansiosa, todo tan melancólico pero tan delicioso y cálido. Preferí concentrarme en el placer que en el dolor, esta era nuestra primera y última vez, era mejor aprovecharlo.
    
    A los pocos minutos me corrí, una mezcla de fluidos inundo tu carita, hice realidad tu mayor fetiche y me sentí feliz al ver tu cara llena de lujuria. Te levantaste rápido y volviste a besarme, mi sabor combinado con tu saliva era indescriptible, la mezcla perfecta. Me sujetaste de la cintura y me llevaste al sofá.
    
    Me colocaste boca abajo, empinada gracias al descansabrazos, bajaste mi hilito empapado y oloroso. Era mi primera vez y temí, pero eras tú y yo confió en ti. Con cuidado metiste un dedo dentro de mí, no dolió porque estaba bastante lubricada y excitada, rascaste muy rico en mis paredes. Me estabas volviendo loca. Mientras tus dedos me hacían tuya tu otra mano se encargaba muy bien de mi clítoris, lo tenia afuera y muy sensible. Solo podía gemirte, gemir tu nombre.
    
    "Aquí viene, Vay" fueron tus palabras antes de metérmela lento, me estremecí al sentir como ibas atravesando mis pliegues. Mis uñas se clavaron en el sofá, retiraste mi blusa y con tus dientes mis sostén. No ...
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