Ten cuidado con lo que deseas: Afrodisíacos
Fecha: 26/10/2018,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos
... más grande y se tomaba el tiempo de explorarla y encontrar sus zonas erógenas. Descubrió que sus punto G son las orejas.
Al llegar de la universidad, Beatriz se paró y le sonrió pícaramente, entonces su hijo le dijo que tenía un culo fantástico.
—¿en serio lo crees cariño? —Dijo, Sonrojándose.
— Definitivamente —dijo él — estás buenísima. Mama, ábrete, te necesito, no sé si está bien pero te deseo con ansia, mamá, necesito metértela.
La inclinó un poco y empujó su polla dentro del chocho de su madre, estaba empapada, entraba de maravilla
—¡aaaaaaaaaahhhh!!! —gimió —¡por Dios, qué grande, hijo!
Se la clavó hasta los huevos mientras ella jadeaba y gemía, ambos estaban como en un sueño y gozando con su polla. Le gustaba que su hijo se la estuviera tirando, en la vagina húmeda y caliente de su madre, su hembra desde el día anterior. Detuvo el mete-saca para evitar correrse enseguida:
—¡Noooo!, ¡no pares, no pares, hijo!, ¡no pares ahora!, ¡dame más!... ¡ummmmm! ¡más, más!... ¡estoy casi a punto! —Ella misma movía sus caderas para joderse con su polla. Su hijo entró en éxtasis bombeándola fuerte, con ganas.
— ¡Toma polla, mamá, toma polla! ¡Te estoy follando, mamá, te follo!
—¡AAAAAAAhhhh! —gritó, se estaba corriendo. Su madre se estaba corriendo. Le gustaba ser follada
Su hijo también se corrió, como un animal, descargando su leche dentro del coño de su madre, con la polla hasta los huevos.
Cuando ambos se recuperaron un poco ella le dijo que iba al lavabo a limpiarse y que la acompañara.
A los pocos meses Beatriz quedó embarazada, desconociendo cuál de sus dos hombres de la familia era el padre.