1. Con el vecino


    Fecha: 17/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Jose Caeli, Fuente: CuentoRelatos

    ... potenciado, y te acercas para lamer una de las gotas de sudor que cubren sus pectorales, que se contraen con el roce de tu lengua. Acto seguido, deslizó las manos por la espalda del vecino hasta alcanzar aquellos glúteos exquisitos, suaves y musculosos que tratas de agarrar con lujuria.
    
    Él te mueve hacia atrás, con la intención de bajarse de la bicicleta, te sujeta por la cintura con sus enormes manos y te levanta como si fueras una muñeca de trapo.
    
    A su vez, lo abrasas con las piernas y le sitúas tu sexo anhelante justo delante del miembro, de modo que ahora resulta prácticamente imposible que él se quite los ajustados pantalones sin ayuda. En esa posición, tratas de echarle una mano. Ambos están ansiosos y se mueven con torpeza y de un modo extraño.
    
    Después de que la prenda cayera al suelo, él dio un paso para desprenderse de ella definitivamente. Luego te acomoda para meter la mano entre sus cuerpos, hace varios movimientos tentativos, con la intención de introducirse en aquel camino humedecido, ya preparado para recibirlo.
    
    Tú te retuerces impaciente, mientras le chupas y mordisqueas el lóbulo de una oreja, y él te corresponde apretando contra ti la verga ya engrandecida, con lo que vez aumentadas tus esperanzas de verte satisfecha.
    
    Cuando por fin te penetra, dejas escapar un quejido de placer y te inclinas hacia atrás para elevar los pechos a la altura de la boca de tu vecino, que empuja hasta el fondo…
    
    Parecen dos cuerpos que actúan con una sola ...
    ... mente, con un mismo objetivo. Te restriegas contra él en un movimiento ondulante para aumentar la fricción; el rugido que él emite parece acallar el tráfico citadino.
    
    El hombre se tambalea al tratar de mantenerse agarrado a ti, empotrándote contra la pared al caerse hacia delante. Ahora, con cada empellón, sientes el yeso presionando tus nalgas y tus hombros desnudos, así que te agarras a él con fuerza sin importar si llegas a clavarle las uñas; a fin de cuentas, eso haría que él se excitara más aún.
    
    Estás a punto de alcanzar el clímax…
    
    De repente, se oyó un grito atronador que provenía del exterior.
    
    —¡¡¡El gaaasss!!!
    
    Se te nubla la visión de tal modo que no puedes llegar al orgasmo y él dejó de pedalear. Los dos saben que en cualquier momento subirán los empleados del gas a conectar la manguera y llenar el tanque situado en la azotea, a un lado en donde se encuentran.
    
    Tú vecino se viste aún con el pene erecto. Mientras tanto tu solo recoges las llaves del departamento y bajas desnuda a tu departamento.
    
    Bajando te encuentras con el empleado del gas, él se queda pasmado al ver tu belleza desnuda, pero tú sigues hasta llegar a tu departamento abres y te encierras.
    
    Solamente escuchas los pasos apresurados del empleado tal vez buscándote.
    
    Después oyes voces de extraños hablando.
    
    —Te juro que la vi, con sus tetas brincando de un lado a otro. De veras.
    
    —Estás loco, ya deja de ver porno.
    
    Escuchas las voces alejarse, tratas de recuperarte, aún estás ...