Liberales
Fecha: 19/10/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos
Llevaba un vestido azul de tirantes. La falda del vestido no sobrepasaba la altura de sus rodillas, por lo que observé que tenía unas pantorrillas carnosas. Imaginé que, más arriba, sus muslos debían ser también carnosos y en proporción a su culo, el cual se apretaba bajo la tela de su vestido. Calzaba unas sandalias de una tira, con el dedo gordo del pie sujeto a su vez por otra tira, ambas adornadas con bisutería; las uñas pintadas de azul, a juego con su vestido. Quise fijarme en sus tetas, quise valorarlas; así que me situé para verlas de perfil. Bien: ni demasiado gordas ni demasiado pequeñas. Ahora me la quiero follar. Claro que, en fin, estábamos en un autobús público. Entonces sucedió lo imprevisto: hubo un brusco frenazo resultado del cual ella se precipitó sobre mí, quedando pegados nuestros cuerpos. "Uy, perdona", me dijo mirándome de cerca a la cara; "No hay nada que perdonar", contesté, acercando mi paquete a su pubis; "Qué dureza es la que siento", preguntó; "Qué te imaginas", pregunté.
Ni que decirse tiene que esa misma tarde, Aurora y yo nos enrollamos. Fue en su casa, que estaba más cerca que la mía. Abrió Aurora la puerta. Yo la cerré detrás de mí y, después, agarré a Aurora por la cintura con mis brazos y la besé largamente en la boca. Aurora, audiblemente excitada, su respiración agitadísima, se arrodilló delante de mí y hurgó en mi entrepierna hasta sacar mi polla de los pantalones; luego se la metió en la boca y comenzó a chupar. Ah, qué bien ...
... me lo hacía. La humedad de su boca refrescaba mi calentura, se diría que la aliviaba, aun sabiendo que lo siguiente que iba a pasar es que yo me correría en su boca próximamente. "Mmm, mmm, mmm", gemía dulcemente Aurora mientras mamaba. "Sigue, nena, así, así", la animaba yo, "sigue que ya mismo viene". "Mmm, oh, sí, córrete, amor, lo estoy deseando", dijo Aurora durante un intervalo en el que dejó de chupar para mirarme a la cara, luego siguió, "mmm". "Uff, Aurora, uff, oohh, me voy, me vo-yhh". Mi descarga de semen sorprendió a Aurora: una parte la tragó y otra manchó sus labios y su barbilla; ella, todavía agachada, me guiñó un ojo y se relamió.
Cuando se incorporó, alargó un brazo hasta un paquete de toallitas que había sobre la cómoda que estaba en el vestíbulo y se limpió la cara a conciencia con una de ellas. "Bueno", se me ocurrió decirle, "¿quieres que te coma lo tuyo?"; "¿Cómo?", me preguntó desorientada; "Que si quieres que te chupe el chocho"; "No, ya, si te entendí a la primera, mi sorpresa es que pretendas conmigo hacerte el machote, como si yo para tener un orgasmo necesite de ti"; "Bueno, yo... yo sólo me ofrecí"; "No, tú y yo hemos tenido lo que necesitábamos..., tú, un buen polvo, yo, una nueva polla a la que satisfacer, porque siempre la de mi marido, en fin"; "Ah, estás casada"; "Sí y, por cierto, debes irte, son casi las siete de la tarde y mi marido estará al caer"; "Vale, sí, me voy"; "Debo prepararme, porque en cuanto llega, me folla", me dijo ...