1. Confidencias de sexo


    Fecha: 19/10/2024, Categorías: Confesiones Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... apretándome los pechos, primero uno y luego el otro, llenando su boca con mis pezones, lamiéndolos a la vez que mis gemidos se empezaban a oír apagados eso si, por la música que venía de fuera mis pezones. La parte de arriba de mi vestido descansaba en mi cintura, mis manos en su espalda arañándole por debajo de la camisa y sintiendo los pequeños empujones de sus caderas, dos dedos me hacían gemir al entrar en mi vagina, gemidos apagados por los besos incesantes con nuestras lenguas descontroladas y notando como sus manos agarraban mi tanga y me lo empezaba a bajar por mis muslos hasta que de un tirón rompió uno de los lados, esa fue la señal para despertar realmente a la loba que tenía dentro aletargada porque de un tirón le baje los pantalones y cogiéndole el pene me lo acerque para metérmelo con tanta rapidez que ninguno de los dos esperaba que se metiera tan al fondo, una penetración que nos hizo la los dos gemir, parando de besarnos y solamente mirarnos a los ojos, viendo como la lujuria se había apoderado de los dos.
    
    Era increíble como entraba y salía su pene de mi vagina, como me penetraba una y otra vez, sin poder parar de gemir, sin poder evitar a pesar de que me tapara la boca, que salieran pequeños gritos cada vez que la metía y apretaba su pene tan dentro de mí. Unas risas nos despertaron de nuestro encuentro sexual, varias chicas un poco cohibidas nos miraban y reían tapándose la boca y los ojos desde la puerta sin atreverse a entrar, la reacción de mi amante ...
    ... fue la de parar.
    
    - No importa tú sigue, no te pares ahora, ahora no.
    
    Mis palabras le encendieron más a un sí cabe, hizo que continuara con más brío que antes, hasta estallar los dos en sendos orgasmos increíbles, de esos que se te nublan los ojos y sientes que tu cuerpo te abandona, que tiene vida propia y por su parte el abundante semen que expulso, llenando mi vagina en varias ocasiones junto con los gemidos como los de un oso, me hicieron pensar que el placer había sido mutuo.
    
    De las chicas nada supimos más, una vez más estábamos solos en el servicio, cinco minutos más tarde los dos nos dirigíamos a la salida de la discoteca, yo con la vagina chorreando semen entre mis muslos y él con un tanga roto en sus manos que ya no me servía, quizás un trofeo de una noche de verano para él, bueno dejemos que sueñe, porque la que realmente se lo follo… fui yo.
    
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    2ª Confidencia de sexo
    
    El sitio perfecto, la cocina.
    
    La regla, esa maldita amiga que nos visita inexorablemente todos los meses, la odias y, sin embargo, cuando no te viene te asustas, pero dejemos de pensar en esta amiga y pensemos en lo que viene cuando ya no está, pues esos días siguientes son increíbles, no hay nada como mantener a dieta a tu chico, unos días de hambre para que después se convierta en verdadero animal, supongo que tanta tensión en sus testículos no es buena y necesitan explotar y valla que si explotan.
    
    Sabía que llevaba la cuenta, sabía que me espiaba, de seguro ...
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