1. El regalo más guarro


    Fecha: 26/10/2018, Categorías: Gays Autor: chicapervertida, Fuente: CuentoRelatos

    ... chaval de esos que andan por allí haciendo deporte y pedirle que me tomara unas fotos para mi Instagram. Así lo hice. Cuando note que cerca de mí había un chico joven y robusto que se había tendido sobre el césped hacer abdominales, decidí que era el adecuado para mi plan; además estaba guapísimo.
    
    Me coloqué en lugar en el que sabía que llamaría su atención y comencé a hacerme selfies. A los pocos minutos lo mire con esos ojos inocentes y le dije: ¡Oye! ¿Podrías tomarme una foto? El chico enseguida se incorporó y con una sonrisa tímida me dijo que si. Se acercó y le di mi móvil para que hiciera la foto. Él tomó varias y luego me extiendo el teléfono diciéndome que las revisara a ver si me gustaban. Yo mire las fotos y le dije que si me habían gustado pero aproveché para preguntarle si podría hacerme otras más. -Las que quieras- respondió enseguida.
    
    Entonces comenzamos a improvisar una sesión de fotos al aire libre y mientras las íbamos tomando en diferentes ángulos aprovechamos para conversar un poco y romper el hielo. Básicamente lo de siempre. Cómo te llamas, de dónde eres, a qué te dedicas y bla, bla, bla. Luego el chaval tomó la delantera y me dijo que tenía sed, que podía ir a por una bebidas y luego seguir conversando un poco. Yo acepté y le dije que le esperaría allí mismo.
    
    El chico regresó casi de inmediato con dos bebidas energéticas bien frías. Yo decidí que ya era hora de comenzar a tentarlo.
    
    -¡Oye! Me gustaría pedirte un favor especial, pero me causa ...
    ... un poco de vergüenza- dije con una sonrisa tonta, aparentando timidez.
    
    -No pasa nada -dijo de inmediato-, pídeme lo que quieras - y sonrió encantador.
    
    -Es que a mi novio le gusta que le envíe fotos de mis pies y fotos mías descalza, ya sabes, es de esos hombres que sienten mucha atracción por los pies de las chicas y dice que los míos son preciosos.
    
    El rostro del chaval fue un poema. Por un instante se quedó perplejo, pero volvió en sí y dijo: ¡Con gusto! ¡De hecho me encantaría!
    
    Yo le di las gracias y enseguida comencé a desatar las mis agujetas y a descalzarme. Cuando ya estuve con mis pies desnudos le tenté preguntándole si le gustaban.
    
    -¡Son preciosos! -respondió embelesado-. ¿Cómo quieres que te tomé las fotos? -pregunto nervioso.
    
    -No lo sé, supongo que improvisemos varias poses.
    
    Comencé a posar de diversas maneras, dejando en cada una de ellas mis pies perfectamente expuestos para que el los fotografiara. Poco a poco noté como el chico iba entrando en tensión, como queriendo decir algo pero sin encontrar las palabras adecuadas. Pasados unos minutos nos sentamos sobre el césped a conversar. Yo seguía descalza.
    
    -Oye, qué afortunado es tu novio de que le complazcas de esa manera -dijo tímidamente-, a mí también me gustan muchos los pies de las chicas pero nunca he tenido una novia que me complazca de esa manera.
    
    -¡Vaya, vaya, pero si tenemos a otro fetichista de pies aquí mismo! -respondí riendo estrepitosamente-. A mi chico lo vuelven loco mis ...
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