1. El capullito de papá


    Fecha: 23/10/2024, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    Se llama Elvira, tiene veintiséis años, es rubia, de ojos azules, alta, tiene buenas tetas y un culito respingón que hace suspirar a chicas y a chicos. Podría pasar por la mujer casi perfecta, pero quien la conoce sabe que es incestuosa, bisexual, irreverente, y déspota.
    
    Os voy a contar algunos retazos de su vida sexual y lo haré cómo si fuera ella la que lo hace.
    
    La incestuosa.
    
    Mi nombre es Elvira. Soy hija única y cómo mi padre siempre fue rico nunca me negó nada, pero nada de nada.
    
    Ya tenía la edad legal para follar, pero mi vida sexual aún andaba entre dedos, consoladores, vibradores y bolas chinas cuando ocurrió lo de mi padre.
    
    Recuerdo que era una tarde noche de verano. Estaba en el tresillo del salón con mis largas piernas abiertas y estiradas. Había bajado la cremallera de mi short vaquero, subido la camiseta blanca y con una mano amasaba mis gordas tetas y con los dedos de la otra masturbaba el coño. Sentí cerrarse la puerta de la casa. Subí la cremallera del short y bajé la camiseta. Entró mi padre en el salón y me preguntó:
    
    -¿Qué tal el día, capullito?
    
    -Bien, papá, bien.
    
    -Me alegro. Voy a darme una ducha y luego pedimos algo para cenar. ¿Te llamó tu madre?
    
    -No.
    
    -A mí tampoco.
    
    Mi madre se había ido a París a un desfile de lencería fina y joyas con una amiga mía a la que le gustaban los coños más que los pasteles y mi subconsciente me traicionó cuando le dije:
    
    -Estará pasándolo bien con Pili.
    
    No había pillado mi ...
    ... desliz.
    
    -Estará.
    
    Se fue. Un par de minutos más tarde fui a espiarlo. Asomé la cabeza en la puerta del cuarto de baño y lo vi de espaldas. Tenía las espaldas anchas, el culo redondo y una mano nerviosa. No veía su polla, pero sabía que se estaba masturbando. Abrí el botón de arriba del short, bajé la cremallera y metí una mano dentro. Mi coño seguía empapado. Levanté la camiseta y amasé las tetas al tiempo que me daba dedo, mejor dicho, dedos, ya que había metido dos dedos dentro del coño, y continué con lo que mi padre había interrumpido. Poco después vi cómo mi padre se ponía de lado y luego cómo machacaba su polla. Ya no pude esperar a que acabara, me corrí cómo una loba.
    
    Tiempo después, estando él en bata de casa y yo vestida cómo antes, cenamos una pizza y bebimos Coca-Cola. Luego nos sentamos en el tresillo uno al lado de la otra para mirar la televisión y conversar... Mientras él me hablaba de cosas de su trabajo y yo lo miraba y sonreía me venía a la cabeza una y otra vez la escena del cuarto de baño. Acabé mojando las bragas. Le puse una mano en una rodilla y le dije:
    
    -Te vi.
    
    -¿Fuiste hoy por la oficina? ¿Y las clases?
    
    -Te vi en la ducha.
    
    Puso cara de "no puede ser."
    
    -¡No!
    
    -Sí. ¿Mamá no te da todo lo que necesitas?
    
    -Esas no son cosas que se puedan hablar con una hija.
    
    Poniendo mi mano sobre su polla y con voz sensual le dije:
    
    -Si ella no te las da te las podría dar yo.
    
    Quitó mi mano de su polla.
    
    -Debería calentarte el culo y después mandarte ...
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