1. Jardinera


    Fecha: 24/10/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... otra.
    
    Por suerte nuestros gemidos los ahogábamos en los besos lascivos. Comenzó a mover la cadera, follándome con ganas. Al poco ya me estaba corriendo y dejando mis jugos que escurriendo por el perineo en su sábana.
    
    Los suyos parecían rebosar del tanga pues me mojaba los muslos.
    
    - ¿Quieres probarlo ahora?
    
    Me giré dejándola debajo de mí. Bajé por si cuerpo besando sus pechos y mordisqueando sus pezones. No salían mucho pero eran muy sensibles o eso parecía por sus gemidos.
    
    Mientras tiraba del tanga ella levantó su culo del colchón para ayudarme. Conseguí sacarlo por sus largos muslos y aproveché para besar los pies cuando los levanto hasta mi cara.
    
    Me enfundé aquella extraña prenda, extraña para mí. Efectivamente al llegar a ponerme la tira en el culo y ajustarla a mi pubis algo parecido a unas vellosidades acariciaban mi vulva, labios y clítoris.
    
    Aquello tenía que notarse más cuando hiciera fuerza clavando la polla falsa en el coñito de mi amiga.
    
    - ¿Me quieres cabalgar? Quiero verte mientras te follo, quiero acariciarte las tetas.
    
    - Como quieras. ...
    ... Ven, túmbate.
    
    Con mi espalda en su colchón ella subió su cadera, esta vez sobre la mía y no sobre mi cara. Estaba tan mojada que según bajaba le fue entrando como a mí de un solo empujón.
    
    Mis manos fueron directas a sus tetas que me tenían hipnotizada. Así como ella se apoyaba en las mías acariciándolas y apretándolas. Pellizcaba mis pezones mientras se movía arriba y abajo. Sin darme descanso. Había que aprovechar la siesta.
    
    No sé cuantos orgasmos tuve esa tarde, ni cuantos le dí a ella pero pocas veces antes había estado tan satisfecha. Cuando al fin se derrumbó sobre mi agitada. Su pecho, como el mío, marcando el ritmo como un tambor. La abracé y la retuve contra mi.
    
    Me gustaba tenerla apretada a mi cuerpo pero ella tenía sus labores y ya no pudimos estar así mucho tiempo.
    
    Me regaló uno de sus vestidos y un precioso tanga de encaje para que pudiera volver a mi casa con ropa limpia. El escote me queda un poco suelto y con mi manía de ir sin sujetador cada vez que me inclinó se me ven las tetas. Pero no importa mucho porque solo me lo pongo para ir a verla. 
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