1. Rompiendo la monotonia (3 y final)


    Fecha: 25/10/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: marori69, Fuente: RelatosEróticos

    ... el. Manuel se estaba corriendo en la boca de su hermana cuando empecé a penetrarla por detrás. De nuevo mis embestidas, le hacían comerse su polla hasta la garganta, y como el empujaba también, una vez estuvo a punto de vomitar, pero él seguía empujando, no parecía importarle.
    
    Me corrí abundantemente en el culo de Vanesa. Saque mi polla y le metí el plug otra vez a modo de tapón. Le iba a dejar todo dentro un rato. Lo hinché un poco más
    
    Detrás Silvia se retorcía con las descargas. Aumente más la intensidad, y tome una fusta, para castigar aquellas desafiantes tetas. No tardaron en tornarse enrojecidas. Manuel estaba azotando con una vara el culo de su hermana. Parecía que tenía fijación con él.
    
    Después, colgó unas pesas de los piercing de los pezones, estirando de estos hacia el suelo, y arrancado otro grito de dolor y lagrimas de su cara. La dejo así y vino por primera vez a ver a Silvia. Aumentó un poco más la intensidad, lo que la hizo retorcerse y gemir. De repente, lo subió de golpe a tope un instante y lo bajo. El grito de dolor salió de su garganta acompañando un arqueo imposible de su cuerpo hacia delante, que retrocedió inmediatamente al contacto de mi fustigazo en el vientre, que le dejo una buena marca. Dejé a Manuel con Silvia y me acerque a Vanesa. Le solté el collar del cuello para poder erguirla de nuevo desde las poleas del techo. Acerque mi mano a su entrepierna, completamente húmeda y empecé a masturbarla. Parecía que estaba a punto de ...
    ... correrse, y paré. Solté los pesos de los pezones, pues tenía miedo que sufriese un desgarro, y se los bese y mordí un rato. Me ponían a 100. Empezó de nuevo a jadear y contonearse, estaba claro que deseaba un orgasmo. Había un consolador unido a una barra extensible, y justo bajo mi mujer un agujero en el suelo del mismo diámetro. Estaba claro. Lo tomé, se lo introduje hasta el fondo, sin ningún esfuerzo, ajuste el largo de la barra, y quedó perfectamente empalada. Hinche otro poco el plug del culo.
    
    Manuel había soltado a Silvia y la sujetó al potro, con el culo bien expuesto. Su marca lucia esplendida, y su culo, como siempre, imponente. Le estaba dando bien con un látigo de cuero, pero apenas se la oía, porque le había metido una mordaza de bola en la boca. Vi una inusual rabia en los golpes que proporcionaba. Como cuando sodomizaba a su hermana. Estaba desatado, y no me gustó demasiado. Me acerque a mandarle que aflojara un poco la fuerza, lo que hizo a regañadientes. Silvia estaba llorando, con todo el rímel corrido por su cara; la imagen era grotesca y excitante a la vez. El culo, rojo e inflamado, invitaba a tomarlo. Le unte aceite en el para calmar la irritación y me dedique a lubricar la entrada del ano, insertando un dedo, dos, tres, hasta que lo relajo. Se la metí un poco, para tantear, la saque, y entera dentro, de un movimiento seco. Comencé a bombear rítmicamente, y estimular su clítoris con mis dedos. Se corrió de inmediato. Las contracciones de culo, al hacerlo, ...
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