Rompiendo la monotonia (3 y final)
Fecha: 25/10/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: marori69, Fuente: RelatosEróticos
... esta vez, en su interior.
El ruso, completamente empalmado ya, escupió dos veces en el culo de Silvia, froto su enorme glande en él, esparciendo la saliva para lubricarlo, y con bastante esfuerzo, acabo introduciéndolo entero dentro. Poco a poco empezó a follarse el culo de la indefensa Silvia que estaba chupando los flácidos penes de los 2 hombres.
Tardo un buen rato correrse, dejando el esfínter muy dilatado y chorreando una buena cantidad de semen. Se volvió a la silla ginecológica, donde seguía el castigo de Vanesa, para meterla la polla en la boca y se la limpiara. La mujer puso unas pinzas en los labios de Vanesa y las ato a los muslos, exponiendo aun más el interior de su abierta vagina. Introdujo un catéter metálico en el agujero de la uretra y comenzó a masturbarla con él. Los hombres se acercaron por primera vez a Vanesa. Tomaron el transformador y lo conectaron a las pinzas de labios y catéter. Y comenzaron de nuevo las descargas eléctricas. Por la forma que la recibió, debía ser muy intensa y dolorosa, para regocijo de los hombres. En una de ellas, el ruso, que aun tenia la polla en su boca, dio un grito:
Y zafándose de ella le dio 2 fuertes bofetadas en la cara, sobre la máscara. Los hombres aumentaron la intensidad de la descarga al máximo durante interminables minutos. Vanesa luchaba por terminar con el sufrimiento infringido, hasta que, pareció perder el conocimiento unos instantes. Los hombres, entre risas, pararon el suplicio.
Sobre el otro ...
... sillón, la mujer estaba follando a horcajadas sobre Manuel
Me acerque a Vanesa para quitarle la máscara y ver si estaba bien, mientras los tres hombres dieron por concluida la sesión y se iban al baño
Su cara, desencajada por el dolor, el cansancio, y enrojecida por el calor del cuero, me sobresaltó. Le dí un poco de agua, la cubrí con una toalla y la lleve en cuello a nuestro baño, para depositarla en la bañera llena de agua caliente.
Después volví por Silvia, que seguía en el sillón e hice lo mismo con ella. Manuel y la mujer no estaban, debían haber salido al cuarto con los dos hombres.
En toda la sesión, no me había excitado ni un solo momento. Las únicas que podían haberlo parado todo, estaban sumidas en su roll de sumisas, y parecía gustarles. Pero a mí, que se dejaran follar y torturar por extraños, no me gustaba. Mi papel de amo, era mediocre. La voz cantante la llevaba mi cuñado, sin marcar, en cierto modo, yo también era un sumiso suyo.
Le dije a Vanesa por la noche, que nunca más volvería a pasar por esa humillación, que sería solamente nuestra
Esa misma noche recogí mis cosas y me fui de la casa, sin dar explicaciones. Mis deseos ocultos, mi vicio, sacaron el lado mas salvaje y vicioso de mi mujer, y me apartaron del amor de mi vida.
Poco después de una semana, con todo lo legal arreglado, me fui del país, a Sudamérica, a colaborar en una misión. Nunca más supe nada de Manuel, Silvia ni Vanesa, pero aun hoy, me masturbo con la visión de aquellos ...