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Primer encuentro con mi cuñada
Fecha: 26/10/2024, Categorías: Incesto Autor: vfive5, Fuente: CuentoRelatos
... coño tan jugoso. Ella se dejó caer sobre el respaldo del sillón. Abrió sus piernas de forma complaciente. Mis dedos viajaron sobre su rajita y fui explorándola sobre el pantalón. Sin demora, desabroché el botón superior y bajé la cremallera. Por fin sentí el contacto de la fina tela de sus braguitas de encaje, introduje mis dedos más adentro y sentí plenamente la humedad de su coño empapado en jugos vaginales. Rocé durante largo tiempo su coño peludito sin apartar sus bragas. Su respiración se agitaba. Su mano apretaba mi brazo contra sus pechos, su movimiento demandaba más y se lo di. Subí con mis dedos hasta el borde de su ropa íntima, penetré bajo ellas desde arriba hacia abajo y noté con agrado la tupida selva de pelo que cubría su coño. Tal y como lo había imaginado infinidad de ocasiones cuando le dedicaba una paja. Un delicioso chochito negro y peludo. Su frondoso coño estaba mojado. Tenía cremoso flujo repartido por la zona de sus labios externos y allí me centré, buscando con mis caricias esparcir aquel néctar para que se llenase todo de su cremoso producto de deseo. Adelantó sus caderas asiento alante, se acomodó y abrió un poco más sus piernas. Sin reparo alguno froté con mayor intensidad su deliciosa concha. Sus jadeos silenciados me excitaban de forma sublime. Su chocho estaba más y más jugoso por momentos. Mis dedos comenzaron a penetrar en su interior y sentí la suavidad ardiente de su cavidad. Primero uno y luego dos dedos fueron regalando ...
... mil delicias a mi querida cuñada. Su coño era carnoso, agradable, generosamente lubricado. El sonido de sus jugos al mezclarse con el movimiento de mis dedos nos puso más cachondos aun. Creí estallar cuando ella alargó su mano en busca de mi sexo. Algo tan deseado como impensable para mí estaba a punto de suceder. Noté como la introdujo con experiencia bajo mi ropa. Notó mi erección y sonrió maliciosamente. Ella sabía perfectamente lo que deseaba hacer. Estaba dejándome llevar las riendas pero ella dirigía la secuencia. Comenzó a masturbarme de forma intensa, sin reparo, con fuerza asía mi verga y la frotaba. Y Al mismo compás la frotaba yo. Notando como su húmeda rajita se empapaba cada vez más. Ella me pajeaba con maestría y firmeza. Sabiendo que me haría estallar cuando quisiera. Añadió más morbo aun y con su otra mano se subió la camiseta y se apartó el sujetador para mostrarme sus tetas. Ella era plenamente consciente de que yo deseaba verlas y mamárselas. Me observaba con cara de ser muy puta y dominar mis pensamientos. Me dejó admirarla, se exhibió para mí y acto seguido se las empezó a tocar. Me dejó ver como apretaba sus pezones y como amasaba sus impresionantes senos. En esos momentos era una auténtica zorra en celo. Aquella tórrida imagen aumentó mi deseo y, arqueando los dedos, la froté internamente hasta abusar de su punto G y llevarla a un abundante orgasmo que culminó en un chorro que mojó sus bragas y su pantalón. Sus movimientos espasmódicos ...