Sexo en el auto
Fecha: 26/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: carogonza80, Fuente: CuentoRelatos
Debo hacer una confesión.
Una de mis amigas después de un largo y tormentoso matrimonio, por fin logró separarse.
Estuvo casada mucho tiempo, fue madre de muy joven, en fin, su vida de casada, desde temprana edad, fue una vida llena de preocupaciones, responsabilidades, hijos…
Cuando por fin tomó coraje y valor, alquiló una casa y se mudó con sus hijos a una nueva ciudad.
Por primera vez en muchos años se sentía libre y estaba dispuesta a todo.
Me llamó por teléfono como todos los días, pero esta vez me pidió ayuda con la mudanza.
Sin dudarlo, después de organizar mis labores y responsabilidades viajé esa misma noche.
Nuestro reencuentro fue mágico, muy emotivo. Con ella hacía más de tres años que no podíamos abrazarnos, la distancia y su esposo lo impedían.
Libre de ataduras y prejuicios estaba decidida a divertirse y quería compartir ese momento conmigo.
Llegué a la ciudad de destino. Acomode como pude, mis cosas, reinaba el caos en la casa. Muebles en la mitad de las habitaciones, cajas con adornos, con vajilla, libros. Bolsas con ropa, juguetes, electrodomésticos. El camión de la mudanza había llegado hacía ya un buen rato pero el orden aun no aparecía.
Nosotras no podíamos dejar de abrazarnos, nos habíamos extrañado mucho, pero también sabíamos que estábamos a salvo. Nueva ciudad, nueva vida, nuevas aventuras.
Ordenamos y reacomodamos la casa durante todo ese día y parte del día siguiente.
Al terminar con la mudanza, nos duchamos, nos ...
... pusimos lindas, y salimos a festejar a un bar céntrico en la nueva ciudad.
Éramos como turistas, recién llegados, nadie nos conocía. Mi amiga hacía muchos años que no disfrutaba de un trago en un bar, pues su ex esposo era bastante aburrido, además de abusivo, celoso y mala vibra entre otras cosas.
Era viernes, estaba ya entrada la madrugada, el bar estaba repleto de gente y nosotras reíamos sin parar, estábamos felices por la nueva soltería de mi amiga.
Desde la barra dos muchachos no dejaban de mirarnos y propinarnos sonrisas.
En un momento de la noche nos llegan a nuestra mesa, dos tragos que nosotras no habíamos pedido, desconcertadas miramos hacia la barra y allí estaban más sonrientes aún, los dos muchachos esperando nuestra invitación a sentarse a nuestro lado, en agradecimiento por los tragos.
Obvio que no los invitamos y pasamos nuestra noche sentadas solas, mirando a muchachos, poniéndonos al día con la charla y tomando.
Al momento de retirarnos del lugar, mi amiga, pícara, les agradece por los tragos, por lo que los dos muchachos que habían estado toda la noche tratando de conquistarnos por fin se animaron y se acercaron.
Se llamaban Matías y Juan.
Mati, rubio, pícaro y simpático camino a mi lado hasta el auto.
Al llegar al estacionamiento nos recostamos en su auto.
Mientras hablábamos para conocernos mejor veo que mi amiga se recuesta en el asiento trasero del auto, con Juan, su conquista.
Rápidamente los veo besarse y tocarse en ...