Las hermanas de mi novia V
Fecha: 27/10/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues
... que reconocer que el tipo calzaba bien, ninguna mujer tendría queja si fuera su amante. Carla, viéndolo que iba a metersela, se incorporó y le advirtió: -¡Ni se te ocurra meterla sin condón! - La manera en la que se lo dijo me hizo identificarla como la hermana de mi novia, la persona a la que ya conocía varios años. Reconocí ese genio propio de ella. De repente me sentí un poco mal por estar allí espiándola en un momento tan íntimo, pero como suele ocurrirme, el morbo pudo con el sentimiento de culpa. Él no dudó ni un momento y sacó del bolsillo de su pantalón, que andaba por sus tobillos, un condón. Lo tenía preparado, pero había intentado conseguir echar un polvo a pelo. Lástima por él. En cuanto se lo puso, agarró a Carla por la espalda, la atrajo hacia él y la penetró sin ningún reparo. Los gemidos de dolor de ella duraron unos breves instantes, cambiando el tono a otros mucho más placenteros. El polvo comenzó a un ritmo alto, intenso, sin pausas. Carla no miraba a su amante a los ojos, a pesar de que él si la miraba a ella, buscando un gesto de aprobación, de agradecimiento. Lo único que rompía el silencio de aquella planta del salón de bodas eran los gemidos y suspiros de la pareja mientras unían sus cuerpos. El chico aprovechó la posición de sus manos para bajar la cremallera del vestido de Carla, que en aquél momento luchaba por seguir en su sitio tras las embestidas. Ya suelto, le retiró la tela de los hombros y dejó directamente sus pechos al descubierto, no ...
... llevaba sujetador. Estaban un poco separados entre sí, no tan pequeños como podrían parecer a primera vista, con unas aureolas rugosas terminadas en unos pezones prominentes. Se movían levemente acompañando la penetración. La visión de los pechos de Carla motivó aun más a su amante, que aumentó el ritmo. Unos instantes después, la tomó en brazos sin parar de penetrarla y la apoyó en la pared, aguantando casi todo su peso en sus brazos. Para aquel entonces, Carla ya se encontraba rendida, con los ojos cerrados,abrazada a su hombre y emitiendo un gemido agudo continuo. Me sorprendió lo similares que eran las hermanas al tener sexo, ambas comenzaban intentando dominar la situación, marcando el ritmo del asunto, para más tarde caer rendidas a los placeres del hombre que las folla. El orgasmo llegó rápidamente, de la misma forma que había comenzado el polvo. Al ver que su amante iba a correrse, Carla trató de acompañarle clavando sus uñas en la espalda de él, mientras le susurraba al oído que se corriera para ella. Sus palabras le derritieron, y con un fuerte gemido llegó al orgasmo. No sabría decir si ella también se había corrido, pero su cara transmitía satisfacción. Él la dejó en el lavabo, y sin casi intercambiar palabras se vistieron y dejaron el lugar. Cuando se marcharon me di cuenta de que yo todavía la tenía fuera, dura como una piedra. Había disfrutado tanto como espectador de aquello que no había reparado en tocarme. Sin dudarlo, volví al retrete, me senté y comencé a ...