1. Un tipo de 60 años me rompe el culo como ninguno (II)


    Fecha: 03/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... consolador y cadena. Si tiras demasiado, vas a soltar las prensas, y te voy a castigar a vos. Me dijo.
    
    Metí todo en mi boca y empecé a sacar el consolador del culo, esto hacía que tirara de las cadenas y le provoque dolor a Katia que gritaba como loca de placer y dolor. Me excite tanto que de uno de los pezones salto la prensa. El fustazo en mi espalda fue inmediato. Puso todo en su lugar y volví a mi tarea.
    
    Ella gritaba y yo veía como de su concha salían ríos de flujo. Fueron varios sus orgasmos. Por unos momentos Sebas salió de mi vista, y cuando lo volví a ver fue cuando puso su pija en la boca de Katia, que la mamaba con locura, gimiendo, enterrándosela toda en la garganta, gritando y chupando. Yo no daba más de mi propia calentura, y tuve un orgasmo, y fue el comienzo de una cadena de orgasmos.
    
    Sebas después de un rato, acabó en la boca de Katia, que tuvo un orgasmo tremendo, y yo otro.
    
    —Detente. Me dijo Sebas.
    
    Mire a Katia y como la vez anterior, temblaba en la camilla sin decir nada, con los ojos cerrados. Sebas se paró delante de mí, y aprovechando que estaba con las piernas separadas, apoyo su mano en mi concha, que rebalsaba de jugos. Me miró y se sonrió. Busco un tapa ojos y me lo puso. Quedé parada, con las muñecas esposadas en mi espalda y sin poder ver.
    
    —No puedes hablar. Me dijo.
    
    Por varios minutos no escuchaba nada, tampoco sentía nada que me tocara. De pronto, la voz de Katia.
    
    —Gracias amo, fue maravilloso. Me hizo gozar como nunca ...
    ... con esta puta cogiéndome el culo y su pija en mi boca.
    
    —Silencio. Dijo Sebas.
    
    Y escuche como la liberaba de la camilla. El vibrador seguía moviéndose muy suavemente en mi concha. Me liberó las muñecas, me guio hacia la camilla y me hizo acostar boca arriba. Ató mis muñecas y puso mis piernas en los apoya piernas, totalmente separadas, como había estado Katia.
    
    —¿Amarillo? Me preguntó.
    
    —Si algo no me gusta mucho, amo. Dije
    
    —¿Rojo?
    
    —Que por favor se detenga, amo.
    
    —Bien.
    
    Lo siguiente fue sentir como algo angosto, que giraba como una rueda y con puntas iba subiendo desde mis pies hacia mi cadera. Cada tanto aumentaba la presión sobre mi piel, y las puntas me pinchaban más. Increíblemente eso me producía estremecimientos y no dolor. Primero fue la pierna derecha y luego la izquierda, pero en esta, termino pasando por los labios de mi vagina y mi clítoris. No podía entender como me estaba excitando tanto.
    
    Luego fue a mis pechos, primero uno haciendo círculos desde afuera hasta mi pezón. Tuve un orgasmo y grite de placer. Luego fue el otro pecho, provocando otro orgasmo.
    
    Me dejo reponer y cerré los ojos. Menos de un minuto después, él mordía mi pezón izquierdo con suavidad y me chupaba la teta de la misma forma. Pero de pronto, un dolor en el pezón derecho me hizo arquear la espalda, evidentemente era un prensa pezones. Segundos después, coloco el otro en el que estaba mordisqueando. El dolor pasaba increíblemente y subía mi placer.
    
    Su mano fue a mi ...
«1234...»