1. Año nuevo usando el culo viejo de mi vecina


    Fecha: 05/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos

    Después que me la cogí en su departamento y luego me botó, la señora María se puso muy distante. Cuando me encontraba con ella y su esposo Alfredo en los pasadizos del condominio, como siempre, él muy amable y cordial. Ella sólo un hola y un adiós. Pensé que cogerla en su propia cama sólo había sido un desliz para ella y enterré el asunto. Cuando lo recordaba era más por algo de culpa por Alfredo, que es un buen tipo, siempre amable conmigo.
    
    Terminó el año y empezó el siguiente; Mi esposa con mi hija, el mismo primero de enero decidieron ir al cine. Salieron como a las 4 pm de casa y volverían hacia las 7 pm. Cuando estuvieron en el pasadizo mi esposa me grito diciéndome que había olvidado la llave y que no salga de casa. Como no pensaba salir, le respondí que allí estaría.
    
    Como a los 20 minutos tocaron la puerta del departamento. Supuse que era el vigilante cobrando la mensualidad de mantenimiento. Algo raro que lo haga el mismo 1 de enero, pero pensé que necesitarían los fondos. Abrí la puerta y me encontré con la señora María, en un short muy corto y remera sexy, más para su edad, alrededor de los 50 años, parada frente a mi puerta. Me sorprendí muchísimo de verla allí.
    
    Me preguntó si podía pasar, que quería hablar conmigo. La dejé pasar. Se sentó en el sofá principal. Me senté en el otro sofá. Fue directa al grano
    
    - ¿Realmente piensas de mi eso que me dijiste en mi casa?
    
    - No entiendo a qué se refiere señora María.
    
    - No te hagas el que no lo ...
    ... entiendes
    
    - En realidad, no sé a qué se refiere, hablamos algunas cosas esa tarde
    
    - Te lo diré porque me molesta mucho. Me dijiste que soy una zorra, una perra infiel.
    
    Mil ideas pasaron por mi mente. Tenía dos opciones que podrían generar dos respuestas en ella. Podía decirle que fue un exabrupto mío, que pienso que es una dama decente y que no debí decir tales palabras. Su primera respuesta podría ser aceptar mis disculpas y retirarse. La segunda hacerse la quejosa y terminar entregándose a mí en mi propia casa, pero supuse (rápidamente) que esa opción iba por un camino largo.
    
    Mi segunda opción era decirle que sí, que en la cama me pareció una puta, una puta deliciosa y que cogía de puta madre. Si se molestaba se iría y punto. Si quería volver a coger pues ya estaba, a gozar.
    
    Analicé las condicionantes. Supuse que, con los gritos de mi esposa diciendo que había olvidado la llave, se dio cuenta que me quedaría solo. Supuse su marido tampoco estaba. Supuse también que el corto y coqueto short y la remera sexy eran suficiente indicador para saber que sólo había ido a coger.
    
    - Pues lo lamento María (quité el señora), me pareces una mujer muy atractiva y realmente me encantó coger contigo
    
    - Pero que dices, soy una mujer casada
    
    - Y yo casado
    
    - No es lo mismo.
    
    - No lo sé. Usted me atrae mucho y no puedo evitarlo
    
    Se rompió el “hielo”. Me senté a su lado y cogí su pierna. Era al todo o nada. Y fue al todo. Desesperada, angustiada, ansiosa, se arrodillo en mi ...
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