1. El don de Carlos


    Fecha: 27/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Javítelaví, Fuente: CuentoRelatos

    ... costó recordar. Tenía una buena resaca.
    
    - Anda, piérdete, que quiero seguir durmiendo.
    
    - Bueno, pues tú te lo pierdes.
    
    - ¿Qué creías, que por decirme que me ibas a hacer gozar iba a abrirme de piernas y decirte que me follases?
    
    Estaba de mal humor. Me levanto de muy mal humor al despertarme; pero Carlos no perdía su sonrisa. Me fijé en que era bastante guapo. No me extrañó su éxito con las mujeres. Además estaba muy bien y no era el típico chulito que luce cuerpo. Yo estaba con la camiseta de tirantes de ayer y con un pequeño pantaloncito de pijama. Y la ropa interior de anoche: el tanga y el sostén que ni siquiera me había quitado para dormir.
    
    - ¿Tú no sabes que soy capaz de provocarte orgasmos sin penetrarte?
    
    - Uy, esta es buena.
    
    - ¿No me crees? Sólo tienes que dejarme hacer. Venga, túmbate boca abajo en la cama y cierra los ojos. Te voy a masajear y encontrar puntos que te van a excitar. No puedes hablar o se rompe la magia. Si hablas, te castigo, porque eso me supone más tiempo para conseguir tu placer.
    
    Parecía ir en serio, así que decidí seguirle la corriente. ¿Qué era lo peor que me podría suceder? Recibir un buen masaje...
    
    - Túmbate y cierra los ojos.
    
    Lo hice. Me preguntó que si tenía algún aceite corporal. Le dije que mirara en el cuarto de baño. Me dio un cachete en el culo. "No puedes hablar aunque te pregunte". No me gusta pegar a la gente, así que la próxima vez te quito algo de ropa como castigo. Iba a protestar, pero me callé. ...
    ... Además el cachete no me había dolido. Me lo preguntó por si acaso con amabilidad. Le dije que no, que no me había dolido.
    
    - Te quito la camiseta.
    
    La cogió por detrás y me la subió por encima de la cabeza. Había vuelto a caer. Decidí callarme, no fuera a ser que el caradura me desnudara con la tontería. A lo tonto me había dejado en sujetador, un sujetador blanco apretado a mi piel. Se fue al cuarto de baño y volvió. Se untó las manos y esparció aceite por mis pies y empezó a tocármelos. Lo hacía con suavidad, pero con firmeza. Me encantó desde el primer momento. Era un masaje especial. Parecía que sus manos me desnudaban o me deseaban. Notaba que su calor me lo transmitía y me ponía muy caliente. Cuando llevaba un rato, apretó un músculo y sentí estremecerme. Me fijé que mi coño estaba encharcándose. Siguió apretando y mis paredes vaginales se contrajeron. Me estaba corriendo.
    
    - Primer orgasmo. ¿Te ha gustado?
    
    - Mmm...
    
    Acerté a decir sonriendo.
    
    - No puedes hablar, tonta.
    
    Y me cogió el pantalón y me lo quitó. Estaba en tanga y sujetador. Saberme así desnuda delante de un hombre que no era mi novio me excitó aún más.
    
    - Voy a seguir con tus piernas.
    
    Empezó por abajo y fue subiendo. Los muslos los tenía muy sensibles y sólo con rozarme su cara interna se me erizaba la piel. No le costó demasiado arrancarme otro gemido de placer.
    
    - Dos. Uff. Qué calor. Me quito la camiseta, si no te importa. Ahora la espalda.
    
    Empezó por la zona de abajo y pronto se ...