Inmóviles los dos
Fecha: 11/11/2024,
Categorías:
Anal
Autor: Insomne, Fuente: CuentoRelatos
Esta es otra noche como tantas en la que nuestros cuerpos desnudos se encuentran enredados sobre las sábanas, después de un día de desearnos, de roces y toques, de besos furtivos, palabras provocadoras y lujuria in crescendo que finalmente es liberada.
Entonces al probar tus labios desciendo por tu cuello, tus hombros, tus pechos. Tú subes los brazos por encima de tu cabeza en esa forma que sueles hacerlo cuando quieres que te complazca, una especie de señal entre nosotros que pretendo atender sin vacilar.
Continúo hacia el sur con mis labios sobre tu torso, con mi lengua que prueba tu vientre y aún más abajo donde se separan tus piernas para darme espacio para dedicarme a catar tu sexo. Mis manos rezagadas aún acarician tus pechos, caricias que se convierten en suaves pellizcos de tus pezones. El perfume de tu deseo me llena de éxtasis y atiendo la necesidad urgente de hundirme en ti, para probar por completo vulva, para contenerla en mi boca y no dejar rincón sin visitar con mi lengua. Te inclinas, retuerces de a poco y emites unos profundos suspiros cuando doy con el punto justo, entonces allí me detengo y le doy más atención, más intensidad, subiendo el ritmo hasta que mi saliva se entremezcla con tu delicioso néctar y se desliza por tu perineo. Es entonces cuando la excitación dispara tu deseo, cuando percibes hacia donde se dirige tal humedad y lo necesitas, es así como me apartas para pedirme más.
Te pones en posición, tus codos apoyados, tu mejilla sobre la ...
... cama, tus piernas levemente separadas con tus nalgas elevadas y la mirada que me das sobre tu hombro, con el cabello desordenado sobre tu rostro y una expresión de deseo que me dice todo lo que necesito saber, donde dejas claro tus deseos. Pero aun así quiero escucharte pedirlo, quiero que las palabras salgan de tus labios, lo sabes bien así que no dudas en dejarte llevar por la intensa excitación y me lo dice claramente.
—Métemela por el culo.
Mi erección se reafirma al escucharte, me encanta escuchar tu voz jadeante por la calentura rogar que cruce límites que sólo cruzamos cuando el éxtasis es intenso. Y te obedezco sin vacilar.
Mi miembro halla su posición, puedes sentir un contacto que presiona sólo apenas para mantenerse allí. No empujo aún, espero a que estés lista y dejo en tu control la intensidad de la acción.
Sientes ese pequeño miedo que siempre te ataca en este instante, pero la necesidad y la lujuria de sentirme dentro tuyo es más poderosa. Cierras los ojos, aspiras profundo, luego, con una lenta y prolongada exhalación te relajas para dejarme entrar. Me invitas cómo si me llevaras de la mano al interior de la habitación más íntima de tu hogar, el lugar de sentir una embestida que se abre paso a la fuerza, mi falo erecto es absorbido hacia ti. Se desliza siendo abrazado en una sensación sin igual, presionado y estimulado en cada célula de la piel, avanzando milímetro a milímetro con calma, sin apuro pero con constancia y firmeza.
Tú te retuerces ...