En la piel de ella
Fecha: 12/11/2024,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos
... deslizándose suavemente hasta hacerla sentir llena, moviéndose al mismo ritmo que yo la saboreaba, mientras con la mano que tenía libre la sujetaba para que no separara su coño de mí ni un instante.
No quería dejarla escapar.
Así, la respiración acelerada de la persona que más había deseado durante mucho tiempo inundó la habitación y me marcó el ritmo que debía seguir en mis esfuerzos para que acabara corriéndose para mí. Aunque por supuesto más de una vez aparecería el nombre que me recordaría quien era para Alex la verdadera responsable de aquella profunda satisfacción.
—Así Marina, sigue, no pares, cómetelo todo, por favor —Suplicó mi amiga completamente extasiada.
Pero paré, aunque solo para centrarme un poco y alargar las cosas antes de pasar al ataque final.
Susurré una descripción sobre como Marina se había detenido para observarla mientras se relamía y gozaba del placer de acariciarse contemplando su desnudez, contándole como introdujo sus dedos dentro de ella y luego se los chupó para que el gusto de su sexo impregnara sus labios. Acerqué después mi boca a la de mi amiga para besarla y que percibiera su propio sabor como el de la chica que deseaba. Así, esos besos pequeños y leves se fueron alargando, haciéndose profundos y húmedos, hasta descontrolados a veces, mezclándose con algún mordisco suave, especialmente en su labio inferior, el cual me encantaba sujetar y dejar que se me fuera resbalando entre los dientes. La lengua de mi amiga y la mía ...
... se rozaban, se enfrentaban y se enredaban, y como ella no podía ver lo que ocurría, a veces se quedaba esperando más con la boca entreabierta, salivando, algo que consideré el mejor momento para chupar su lengua, absorbiéndola lo justo, y dejando que notara el deslizar de mis labios sobre ella.
Decidí perderme por su cuello e iniciar un camino descendente cuando noté que la respiración entrecortada de Alexandra transmitía demasiadas ganas de que continuara por donde nos habíamos quedado y le dejara llegar hasta el final, así que mi querida amiga, que se había desconcertado un instante, volvió a estremecerse al sentir de nuevo mi lengua plana pasearse húmeda y calentita, en toda su extensión, sobre su clítoris. Disfrutó de que volviera a cogerlo con mis labios y besarlo, acariciarlo y después succionarlo, mientras le introducía mis dedos una y otra vez, jugando con ellos a explorarla por dentro en busca de roces o ángulos de penetración que la estimularan más. En mi boca sentía sus contracciones y no me separaba ni una micra de ella y del deleite de sentir sus espasmos. Mientras, su sexo apretaba mis dedos y a veces les costaba entrar, pero seguía su juego al compás de su cuerpo y empezaba a sentir lo que pronto me anunciaría.
–Joder, si, me corro —pronunció entre jadeos.
Palabras que no me hicieron parar de comérmela.
—Me corro, Marina —advirtió para que no hubiera sorpresas.
Y en mi mente yo pensaba: “Eso es, córrete en mi boca y disfrútalo, estoy aquí para ...