Pornorelato (2)
Fecha: 13/11/2024,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos
Sum-Sum (como le decía su marido) estaba cepillándose el cabello sentada en una tumbona junto a su esposo. Ambos, en traje de baño, tomaban el sol a la orilla de la piscina. Sum era la segunda esposa de aquél, siendo una mujer más joven que éste, y muy bella, de complexión delgada y alta de estatura, el hombre podía estar satisfecho. Pero ella era más que una “Trophy wife”. Tomando su rol de madre seriamente se preocupaba por el bienestar de los hijos de su marido. De hecho en ese momento pensaba cómo abordar el asunto.
—Oye, creo que deberías hablar con Kevin —le dijo al fin.
—¿De qué? —contestó el hombre.
Sum-Sum no sabía cómo hacerle ver la cuestión sin hacer el problema mayor. No siendo la verdadera madre de Kevin (este era hijo del primer matrimonio del hombre), ya de por sí traería conflictos el meterse en asuntos que no eran de su injerencia, pero más estaba en riesgo. Ella había visto al joven tomándole fotos desde el balcón de su habitación y, conociéndolo, ya se imaginaba para qué fin. Ese era el problema, el muchacho, aunque ya de diecinueve años, parecía un adolescente calenturiento, ya que se la pasaba masturbándose tanto como podía, sólo el padre no notaba el problema, pues hasta ella se había dado cuenta. Así que no tenía que pensar mucho como para saber que con aquellas imágenes en el celular (fotos de sí misma) Kevin tomaría inspiración en sus diarias chaquetas.
—Kevin necesita atención. Se la pasa encerrado en su habitación casi todo el día. No ...
... tiene novia y... —ella no podía ser más clara sin arriesgarse al completo descaro.
—Sólo es un chico tímido, ya se le pasará —le respondió el evasivo marido.
Fuera como fuere, Sum-Sum no dejó de preocuparse, y Kevin no dejó de sacarle fotos mientras la madrastra reposaba boca abajo en el diván, como si estuviera posando para ello, pues sus muslos generosos y sus dos apetecibles nalgas se antojaban naturalmente a la vista, como invitando a cualquier observador a recostarse sobre ella.
Intentando exponerle el tema al esposo sin éxito, Sum-Sum se dejó caer en la camilla. Se olvidó del asunto, hasta que un día...
Una cabezona punta fálica se paseaba subiendo y bajando en la lubricada abertura vaginal, como abriéndose camino. La tiesa verga guiada por una mano estaba por ingresar a un túnel dispuesto a su entrada.
—¡Pero qué chingados! —exclamó Sum-Sum.
Había descubierto a Kevin detrás de su hermana de 18 años, mientras esta, apoyada en cuatro, exponía su trasero al mencionado. Kevin estaba por chingarse a su propia hermana en su habitación.
Con expresión de justificada sorpresa y enojo, Sum-Sum encaró la situación.
—¡Qué carajos! ¡¿Se la ibas a meter a tu hermana?!
—No, no, no... —respondió el espantado joven.
—¡Jesús, María y José! —exclamó Sum-Sum—. ¡Larga de aquí putita! Ya hablaré contigo luego —gritó sin ningún miramiento a Kenzie, la joven hermana.
Kenzie se bajó de la cama de un salto y corrió alejándose del problema.
Tras verla salir ...