1. Pornorelato (2)


    Fecha: 13/11/2024, Categorías: Primera Vez Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos

    ... Kevin, al sentir el volumen y suavidad de las tetas de la esposa de su padre.
    
    —¿Sí, verdad?
    
    Si bien Sum estaba disfrutando la fascinación expuesta por su hijastro, decidió cortar la situación demostrando así su control sobre ésta.
    
    —Okey, creo que es suficiente.
    
    Y volvió a cubrir sus senos.
    
    Pensando que había hecho una buena acción, un acto noble, palmeó el hombro del joven y le sonrió en buenos términos.
    
    —¿Y qué hay de tu vagina?
    
    —¿Qué hay con ella? —exclamó con evidente tinte de enojo en el rostro.
    
    No podía creer tal atrevimiento por parte del hijastro.
    
    —¿Puedo... verla?
    
    Esto sí que era una escalada que ella no se esperaba.
    
    —Oye, no. ¿Cómo crees que...? ¿Qué pensaría tu papá si nos encuentra así?
    
    Sin embargo sus ojos de niño regañado conmovieron los sentimientos de Sum-Sum y ésta accedió.
    
    Se levantó la falda; se sentó en la cama, junto a él y haciéndose a un lado la tela triangular de sus pantaletas que protegían su hendidura le mostró la concha.
    
    —¿Puedo tocarla?
    
    —¡Dios...! No es posible.
    
    —Por favor. Sólo un poco, es que nunca he...
    
    —¿Sabes que esta área es una parte privada?
    
    —Es que nunca voy a tener la oportunidad, y si no lo hago ahora no sé que podría pasar...
    
    —Sí que sabes. De seguro se lo pedirías a tu hermana.
    
    —Bueno, puedes tocarla.
    
    Y el dedo de Kevin se aventuró al sexo de su madrastra.
    
    —Sí, ese es el clítoris —expresó Sum-Sum como si fuera una maestra exponiendo un esquema en su clase.
    
    Pero el ...
    ... joven no sólo toco aquello sino que, ensalivado previamente, introdujo su dedo en la expuesta raja.
    
    Si bien en su cara fue evidente lo que el entrometido dedo de su hijastro le provocaba, Sum-Sum, con su voz gemebunda, dio por concluido el ejercicio.
    
    —Es suficiente.
    
    —Oh, wow.
    
    —Sí, verdad. ¿Estuvo bien?
    
    —Sí, fue...
    
    Sum-Sum le sonrió, exponiendo que estaba feliz por él. Seguramente creía que le había brindado confianza en sí mismo.
    
    —¿Podría meter mi pene en tu vagina?
    
    Sum-Sum torció su rostro. No podía creerlo, su tímido hijastro no sólo le había perdido el miedo a la mujer, sino que no temía solicitarle una cosa así a su propia madrastra.
    
    La mano de ella golpeó su propio muslo expresando con el chasquido lo insolente de su petición.
    
    —¡Dios Todo Poderoso!, tú no sabes cuándo parar... Está bien, lo haré, sólo por el bien de tu hermana, de seguro si no lo haces conmigo lo terminarás haciendo con ella. Pero sólo por un minuto, ¿okey? ¿Estamos de acuerdo? Eso será todo. Sé cómo te sientes ahora, pero debes entender lo que conlleva esto que vamos a hacer.
    
    —Sí, sí, claro.
    
    Y Sum-Sum metió sus pulgares bajo el elástico de sus pantaletas y se lo bajó hasta retirarlo por completo. Su sexo quedó expuesto y Kevin no dejaba de mirarlo.
    
    —Nadie debe enterarse de esto, ¿okey? Nada de ir por ahí presumiendo que te cogiste a tu madrastra.
    
    —Sí, sí, por supuesto, no se lo diré a nadie.
    
    —Así que ahora saca tu pene —le dijo, a la vez que ella se acomodaba en ...