Samantha: corrupción y perversión de una casada (ll)
Fecha: 17/11/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: JCerva, Fuente: CuentoRelatos
... de asombro de aquella señora. Caminando hacia un espejo que estaba a un costado de ellas, Samantha se pudo ver y entendía por qué Doña Carmen no había podido decir palabra alguna.
El pantalón era tan ceñido a su cuerpo que más bien parecía una segunda piel que dejaba a la vista esas curvas infernales que se gastaba la casada y dado al corte colombiano del pantalón, hacia que sus nalgotas se elevaran aún más de lo normal, dándoles una mejor vista a la hora del caminar. Aunado a que también apretaba su cintura para que se viera aún más pronunciando el ancho de sus caderas y nalgas.
Le gustaba ese detalle que los 5 botones que tenía el pantalón no estuvieran en frente, sino que estuvieran al lado derecho de su cadera. Aunque también venia ligeramente como sus labios vaginales se marcaban, pero gracias a que el pantalón era azul oscuro, hacia poco visible ese detalle.
Miraba la blusa que se había puesto y constataba que había hecho una gran elección. Era una blusa negra de manga larga que de los brazos era un poco holgada y se amarraba por delante con la misma blusa en forma de un moño, dejando su vientre y parte de su espalda baja al descubierto sin mencionar que esa blusa tenía un muy revelador escote que aunado a que la mujer no llevaba brasier, dejaba más piel al descubierto.
Le agradaba como se veía, se giraba en distintos ángulos y más le encantaba lo bien que le complementaba el pantalón y blusa a su cuerpo. Tan bien se veía que hasta Daniel en un pequeño ...
... vistazo que le dio a su madre, quedo hipnotizado por ese par de nalgas muy bien levantadas como si de un pato se tratara.
Doña Carmen se acercó y se desvivía en elogios hacia la mujer. La casada un poco apenada recibía esos elogios, aunque en el fondo le comenzaba a agradar de nueva cuenta el que la chulearan otras personas.
-¿En verdad cree que me queda bien Doña Carmen?- aunque ya sabía la repuesta, solo quería escuchar de nueva cuenta lo bien que se veía con ese atuendo. Ese ego femenino que había dormido por muchos años, de a poco iba despertando y Samantha aun recordaba la forma de alimentarlo.
-Claro que sí, mija. Mira nomas, los años no pasaron en ti, te ves igualita a cuando aún estudiabas- la vieja le decía con sus ojos brillosos como si se tratara de una madre que ve a su hija logrando alguna meta.
-¡Ay muchas gracias, Doña Carmen! Aunque siento que me está mintiendo- Samantha con un tono de niña chiqueada le decía a la señora. Intentando que la mujer la chuleara más.
Así estaban ambas mujeres en esa discusión amistosa mientras Daniel algo confundido veía a su madre vistiendo de una forma “llamativa” pensaba el muchacho, mientras hacia esa voz infantil. Era algo que el niño nunca había visto de su madre y de cierta forma le hacía sentir mucha risa al verla comportarse así.
En eso un par de chicas de unos 20 o 22 años entraron al local y quedaron asombradas por lo bien que lucía Samantha. Al instante ambas jóvenes estaban delante de la casada haciéndole ...