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Samantha: corrupción y perversión de una casada (ll)
Fecha: 17/11/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: JCerva, Fuente: CuentoRelatos
... habia ocurrido arriba. Estaban discutiendo las 2 mujeres cuando Doña Carmen sintió una mano en su hombro y vio como Samantha giro su rostro hacia un lado con cierta incomodidad. -Bueno, bueno, ¿qué está pasando aquí? Jejeje- se trataba de Erasmo quien muy quitado de la pena y con una sonrisa se unía a la conversación. -Me asustaste viejo. Mira te quería presentar a Samantha y su hijo Daniel. Ella es hija de mi mejor la que te había comentado que lamentablemente ya falleció- la señora le presentaba a su pareja a quien veía como su hija. Sin saber que ambos ya se habían conocido muy de cerca hace unos minutos o más bien, Samantha era la que se había presentado muy al “natural”. -¡Ah caray! Con que ella es la famosa Samantita de la que tanto me hablabas. Pues mucho gusto muchacha, es todo un placer el por fin conocerte. Yo me llamo Erasmo a tus ordenes jejeje- el viejo ignorando por completo al chiquillo y tan solo enfocándose en la hembra que tenía enfrente, le extendió la mano en señal de saludo intentaba que sus miradas se encontraran, pero la mujer esquivaba la mirada. -Gracias- era la seca respuesta de Samantha hacia aquel hombre mientras miraba hacia un lado de la banqueta. El tocar la mano de aquel hombre le producía una gran incomodidad por el cinismo con el que estaba ahí parado como si nada hubiera pasado. Doña Carmen ni cuenta se dio de lo incomodo que estaba el ambiente. La felicidad la cegaba ya que en varias ocasiones se había imaginado ese ...
... momento, en el que pudiera presentar a ambos. -Bueno, y ¿qué tanto discutían mujer?- el hombre se hacia el que no sabía de que hablaban cuando en realidad si sabia. Y es que mientras estaba acostado oliendo las sábanas, pudo escuchar por la ventana de la recamara que daba a la calle, como su mujer le decía a Samantha que se fuera en taxi, pero ella terca le decía que no. Ahí fue cuando puso a funcionar su pervertido cerebro e inmediatamente bajo a donde estaban ellas. -Ay viejo, pues esta muchacha que no me hace caso. Le digo que se vaya en taxi a su casa porque están muy oscuras y solas las calles. No venga siendo que le vayan a dar un susto a ella y su hijo- la señora en un tono de sincera preocupación le respondía a Erasmo -Faltaba más vieja, yo ahorita mismo los llevo. Súbanse a mi taxi- Erasmo soltando a su mujer se dirigía a su carcacha con llantas. -¡No como cree! Ahorita nos vamos mi hijo y yo solos. Al cabo no nos va a pasar nada- justo en ese momento escuchan a un par de cuadras las sirenas de una patrulla que conducía a toda velocidad. -Mamá, mejor si hay que irnos con el señor- Daniel abrazándose de la cintura de su madre veía a lo lejos los focos rojos y azules de la patrulla que iban desapareciendo en la penumbra de la calle. Al ver lo asustado que se encontraba su hijo y en el fondo ella también, aunado a que ambos viejos continuaban insistiendo, la casada no tuvo de otra que aceptar el “aventón” y se dirigieron al taxi. -¡Yo también voy con ...