El verano de 1986
Fecha: 22/11/2024,
Categorías:
Primera Vez
Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos
... pie. En eso, Germán me habla.
Germán: ya te vas, mono?
Yo: si. Estoy cansado.
Germán: -cacareando como una gallina- oh, vamos, mono. Juega con este viejo unas mesas antes de irte.
Yo: chuta franki. Está bien. Pero solo una partida de 3. Vale?
Germán: excelente. Espera, voy por unas cervezas.
Yo: ordeno la mesa mientras. Y yo no quiero cerveza. Me da sueño. Prefiero un whisky, si se puede, claro.
Germán: jajajaja. Veré qué puedo hacer.
La tercera mesa estaba en disputa. Germán abría la segunda botella de borbón. Las únicas luces encendidas eran la de nuestra mesa y la de la última mesa que siempre estaba así.
Germán: necesito ir al baño.
Yo: -dejando el taco sobre la mesa- ya anda, pero no te demores. Al menos, no tanto, po…
Germán: jaja. Dame 10 minutos. Ni uno más.
Yo: ya anda, gusano asqueroso. Apura. Jejeje
Acababa de acomodar dos bolas en la mesa de al lado cuando escuché un ruido. Estaba seguro había sido cerca de las puertas de los baños para público. Germán había ido a su baño por la falta de papel higiénico en los de abajo, por lo que con el taco en la mano a modo de bate, caminé con lentitud hacia el origen del sonido.
Una vez en el umbral, noté que la puerta del privado estaba junta. Desde el interior no emanaba luz, pero sí un leve sonido. Tras empujarla con suavidad, lentamente la puerta se abrió no sin hacer más de un ruido. Me detuve en la entrada para acostumbrar la vista a la repentina falta de luz.
Su: entra y ...
... cierra, por favor. -De inmediato reconocí la voz de la sra. Su... Avancé un paso y delicadamente cerré la puerta. La oscuridad era total.
Su: necesito me ayudes. Puedes???
Yo: por supuesto sra Su. Usted mande.
Su: son tres cosas. La primera. Cuando estemos solos dime Su o Susana.
Yo: entendido. Su.
Su: la segunda. Quiero que des 5 pasos hacia adelante. Ya po... Eso. Ahora quiero que con tus manos busques el interruptor de la luz que está colgando justo frente a ti y cuando lo tengas en tu mano me avises antes de presionarlo.
Yo: ya.
Su: y tercero. Escucha todo antes, ok.
Yo: si, Su.
Su: dime la verdad. Con cuántas mujeres has estado?
Yo: con ninguna, Su.
Su: Entonces, quiero que enciendas la luz y hagas lo que te venga en gana. Enciéndela.
Ahí estaba esa mujer, que pensaba era una señora cuando en realidad su esposo la había convertido en una puta ninfómana, tal como llegó al mundo, ofreciéndome su coño con las piernas abiertas de par en par. Apoyada en sus codos, levantaba las caderas mostrando una hermosa y depilada vagina exudando líquidos generosamente.
Quedé petrificado. Estaba excitado, pero también muy avergonzado y con algo de temor que el viejo nos descubriera y me echara. Le tenía cariño al dueño, pues siempre había sido generoso conmigo. Pero no creía que llegara a tanto.
Su: qué esperas, chico?
Yo: es que. Y. Don Robert?
Su: -sonriendo- ya veo. Por Roberto no te preocupes. Sabe que estoy aquí.
Tomó mi mano, llevándola ...