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Lo que pasó el 25 al lado del nacimiento, a escondidas
Fecha: 22/11/2024, Categorías: Confesiones Autor: Palaner, Fuente: CuentoRelatos
... senos a mi boca. De esos senos que por el tamaño uno de ellos cabe bien dentro de la boca. Me los comía pero sin ser áspero, trataba de ser tierno pero sentía que me la quería comer. La volví a besar llevando mis manos a su cuello. Introduje mis dedos en su boca, y bajé mis mano dentro de su pantie. Eloína se había depilado completamente. Entonces le dije: conque venías preparada eh. Sólo gimió asintiendo. Bajé mis manos a sus nalgas. Sentí la felpa del pants que estaba usando. Desnudé sus lisos y tersos glúteos. Pasamos de estar en la pared, hacia el sillón. Quería que se apoyara ahí, mientras yo la manoseaba. Ambos quedamos frente al nacimiento. Ella, que estaba de espaldas a mí, me volteó a ver. Nuestras miradas se cruzaron y sentíamos cómo toda la culpa se nos venía encima. Estábamos fornicando sin estar casados, frente al nacimiento y el árbol de navidad. Para ese momento ella sintió mi pene que se comenzaba a endurecer. Lo que hizo que presionara sus nalgas sobre mi pantalón. Aunque ella no iniciaba, hacíamos buen equipo, y en ese momento no fue la excepción. Se volteó y suavemente me comenzó a bajar el cierre del pantalón y decidí ayudarla, ya que era de mezclilla y se ajustaba muy bien a mis piernas. La volví a besar y le pregunté que si era seguro lo que estábamos haciendo, ya que no quería que su mamá, su papá, su hermana, y su tío, nos vieran. Me dijo: no sé… pero tú dime qué hago. Presioné su cabeza ...
... hacia abajo. Ella ya sabía que hacer. Puto frío!, cuando sentí su aliento en mi glande y después su lengua, sentí un gran alivio. Me la estaba mamando, en la sala de su casa, mientras yo tenía de frente al nacimiento, cuando todos, supuestamente dormían. La adrenalina subía por todo mi cuerpo. Sentía culpa, miedo, y frío! La tomé del cuello y la volví a subir hacia mi cara. Mi verga dura y babeada comenzaba a sentir el frío. Le pregunté: ¿quieres que te coja? Asintió gimiendo. La volteé. La empiné. Su vientre y senos estaban sobre el borden del largo del sofá. Su culo desnudo estaba enfrente de mi verga. Me bajé a lamerle la vagina y seguía gimiendo. Yo cargaba un condón en mi chamarra. Lo saqué y mientras lo abría, la volteé y le dije que me la mamara otra vez. Eloína era muy rápida para eso. Entonces, ya me lo estaba parando más aún. Le dije que se volteara de nuevo para ponerme el condón. La volví a empinar y madres. Nunca había sentido una vagina tan caliente por dentro. O no sé si era el puto frío. Pero me la cogí sin vergüenza. Sin pena, sin pudor. Ya valiéndome todo. El hecho de tener el nacimiento frente a nosotros nos excitaba más. Una locura. Yo seguía cogiéndomela, sostenía sus senos con mis manos. Qué ricas nalgas. Qué puto frío. Enredé su cabello que le llegaba debajo de los hombros en mi muñeca y comencé a tirar para atrás. Veía cómo su cara se levantaba. Sostuve con mi ...