1. Versos, gemidos y 21 años entre nosotros


    Fecha: 25/11/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... vagina. Me siento tan feliz, que inconscientemente rio cuando me entregas todo aquello que hacía tiempo deseaba, mis uñas arañan tu espalda al son de los gemidos que voy depositando en tus oídos, gemidos, gritos que atraviesan las finas paredes para dejar testimonio de que después de todo, después de un tiempo, te puedo decir te quiero, puedo llamarte mi amor y dejo que tu cuerpo me cubra una y otra vez, que tu pene entre y salga de mi interior reconociendo cada centímetro de mi vagina y con cada centímetro hacer que mi voz se entrecorte y que se disfrace de gemidos y gritos de placer.
    
    El ventilador seguía girando, mis dedos entraban y salían de mi vagina, acariciaban mi clítoris y mi mente se volvía a trasportar a aquella habitación de hotel, donde te sentía dentro de mí, cuando mi vagina se mojaba tanto recordando cuando me diste la vuelta y tus labios empezaron a recorrer mi espalda dibujando una sonrisa en los míos, tenía la vagina realmente mojada y notaba en mis glúteos tu pene humedecido de mí, tu cuerpo cubriendo el mío como una fina sabana, sentía el vello de tu pecho sobre mi espalda, notaba como te metías entre mis piernas que me abrías un poco, pidiéndome la llave una vez más de mi sexo, tus manos acariciaban mis hombros y tu boca besándome mi oído, entonces un pequeño grito de placer me hizo morder las sabanas y que mis puños se aferraran a ellas con fuerza cuando una vez más te siento entrar, una vez más tu pene navega en el interior cálido de mi vagina, ...
    ... centímetro a centímetro rozándose con mis paredes vaginales y llegando a penetrarme tanto que parecía que mi vagina absorbía tu pene hasta las paredes de mi útero.
    
    “
    
    Entre gemidos
    
    como flores eternas
    
    se abren tus piernas
    
    ”
    
    Susurraste en mi oído tu primer verso como siempre me dijiste que harías, no fue el último verso, ni los últimos gemidos que sacabas de mí cuando te sentía entrar y salir, notaba como mi flujo mojaba las sabanas de la cama, notaba como tu pene se envolvía en él y como te desplazabas dentro de mí haciéndonos a los dos gemir, versos jadeantes en mis oídos, no solo era él o placer de penetrarme, no solo eran tus besos, tus carias, los susurros con versos en mis oídos, era la felicidad de tenerte en mi cama, de que por fin nuestros sueños fueran reales.
    
    Notaba que todo me daba vueltas, notaba como en las paredes de la habitación se pegaban y agolpaban mis gemidos y notaba como tus manos se metían debajo de mi vientre y me hacías incorporar con suavidad, sin dejar de bombear tu pene dentro de mí, me ibas levantabas hasta ponerme de rodillas, hasta ponerte de rodillas penetrándome ahora con más vigor, tus manos apretando mis pechos y el silencio solo se rompía con cada empujón, con cada golpe de tu piel contra la mía, del sonido acuoso de tu pene penetrando en mi vagina tan mojada, tus manos acompañaban a mis pechos cuando mi espalda se arqueaba hacia atrás con un grito primero sordo y luego, ya no podía controlar los gritos de placer al sentirte ...