1. Una pareja se desata lejos de todo el tedio de lo cotidiano


    Fecha: 28/10/2018, Categorías: Gays Autor: DibujanteHot, Fuente: CuentoRelatos

    ... tratase de un tesoro que él quería demostrar comprendía y disfrutaba como ningún otro podría. Las pequeñas lamidas a la punta y leves mordisquillos llevaron al joven a intentar abarcar cuanto pudo con la boca, ella se aferró del cabello de él gimiendo moderadamente mientras lo halaba.
    
    Él con sus manos escaneaba partes más bajas, igual de firmes pero más grandes. Glúteos que lo llenaban de deseo, lo excitaban. Lo hacían suspirar y le hacían hundir los dedos en esos sensuales músculos, como si pretendiera robárselos, comérselos.
    
    La chica se levantó, le dio la espalda y comenzó a bailar sobre su hombre, movimientos lentos y circulares llenaban aquél regalo. Regalo que incontables desearían pero solo uno tendría. Inclinó las piernas para poder bajar y subir suavemente, sugiriendo lo inconfundible, sus manos danzaban desde las rodillas del afortunado hasta su entrepierna. Ahí ella encontró los resultados de su erótico baile. Ese objeto oculto en una tanga azul marino que ella siempre le pidió usar. Ahora le estorbaba el camino por lo que la bajó hasta donde ella había comenzado.
    
    Tomó profundo aire al ver el objeto de su deseo en total funcionalidad, con la piel apretada como su cuero, caliente como su entrepierna, de un rojo color como si estuviera sonrojado por sí solo. Ella podía sentir como palpitaba como si se tratase de un corazón cuando una de sus manos lo cubrió y comenzó a frotar sin dejar de bailar. Con la otra mano la posó tras de ella haciendo el hilo dental a ...
    ... un lado. Dejándole ver lo excitada que ella estaba también. Invitándole a tocarla. Ante tal honor, el hombre accedió. Colocando una de sus manos en los glúteos para no perder el ritmo de aquel deleitable baile, luego seleccionando el dedo índice y anular, se hizo paso por la entrada de ella como si abriera un libro y pasara las páginas, sintiendo finalmente aquella líquida y caliente sensación que él había provocado.
    
    Los movimientos nos perdieron sutileza pero adquirían pasión a medida que el silencio se despedía ante la llegada de gemidos y palabras de placer del uno y la otra. Los movimientos siguieron porque ella, dueña y señora del momento lo ordenó con una voz entre demandante y rogante. Ella también aumentó el movimiento de su mano sobre aquél miembro lubricado por la boca de ella, que sentía tanto poder y control al introducirse aquél pedazo de carne entre los labios e impresión cuando alcanzaba la entrada de su garganta, no podía esperarse más que pasar al siguiente nivel.
    
    Le tocaba a ella estar en la cama, observaba los tensos músculos de su hombre mientras despejaba su entrepierna de la ropa interior, ella abrió las piernas y lo observó llamándolo con una mano. Él aceptó el regalo y levantó suavemente aquéllas extremidades alzándolas más. La tensión que ambos sintieron cuando estaban a punto de conectarse, la ansiedad. El sentimiento de la punta del miembro de él haciéndose paso por la abertura humedecida y lubricada en excitación.
    
    Cada vena, cada grumo y ...