Encuentro de escritores
Fecha: 07/12/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Vicente84, Fuente: CuentoRelatos
... lejanas de lo que realmente nos motivaba. Esto se sostuvo unos diez a quince minutos, minutos eternos y llenos de dudas. La simple idea de que no aflorara nuestra química me llenaba de angustia, pero mantuve la calma pensando en que quizás eso también podía ser bueno, mal que mal estoy casado.
Fue en eso cuando una pregunta capciosa la hizo sonreír, sus ojos se almendraron coquetamente y sus dientes que siempre me han gustado se dejaron ver, ahí estaba. No recuerdo el hilo de la conversación, pero obviamente desembocó en nuestro tema favorito, nosotros. Una confesión tras otra, acerca de lo que “en verdad” estábamos pensando en cada momento, como quién ve una película por segunda vez, pero conociendo el final.
Quizás lo que más me gusta de ella es que podemos tener esas conversaciones que se tienen después del sexo, totalmente expuestos, pero sin tirar. Tal vez por eso necesito escribirla, transpirada y gimiendo, como si sin esa pieza lo otro resultara incompleto.
Lo cierto es que cada vez que entramos en esta atmósfera, las pulsaciones de mi pecho solo son superadas por las de mi pene, y el deseo de escribir solo se interrumpe por el de masturbarme tras cortar. La había follado en todas las posiciones imaginables, pero ahora estaba frente a mí, sin posibilidad de escribir.
Le leí un relato corto que había escrito para romper el hielo, ya las sonrisas se sucedían una tras otra. Lo estábamos pasando muy bien, excitadísimos, pero muy concentrados en nuestra ...
... dinámica. Luego ella se animó a compartirme un escrito de su creación, de una sensibilidad muy suave y a la vez con detalles que terminaron por levantarme una tremenda erección, la que no hice nada por disimular. Estaba pasando lo que tenía que pasar y se daba de manera muy natural y entretenida.
Así fuimos intercambiando al punto en que entre más sonrisas fuimos perdiendo el pudor y así nuestras manos empezaron a recorrer nuestros propios cuerpos cada vez más libremente. No nos tocábamos entre nosotros, pero sí que nos habíamos penetrado, en una sintonía y confianza mucho mayor que varias cachas que alguna vez me he pegado.
No fue difícil aceptar lo que pasaba, por lo que me abrí el pantalón, a esta altura ya no nos quedaban muchos relatos ni trabajos que recitar, pero si seguíamos conversando con una naturalidad sorprendente. Ella hizo lo propio y comenzó a subir su falda, mostrando sus piernas y deslizando sus manos por su cuerpo. Nos tendimos cada uno, frente a frente, de a poco y sin jamás dejar de mirarnos nos empezamos a masturbar.
Era un acto de entrega total, de compartir ese ángulo que los dos asumíamos del otro, pero que esperablemente no estaba a la vista. Ganas de abalanzarme sobre ella y penetrarla no me faltaban, pero realmente esto era oro, era como estar cara a cara con una diosa del erotismo, una imagen inspiradora que atesoraría el resto de mi vida.
Su respiración se comenzó a agitar y con sus manos alternaba entre la estimulación de su clítoris y ...