1. Sobreprotegiendo a mi sobrino


    Fecha: 10/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos

    ... también se preocupaba por Felipe, pero lo conocía mejor que nadie, al ser de una edad tan cercana se contaban muchas cosas.
    
    Y: —¿Tú sabes donde vive ese tal Cristian? —pregunté. Era un nombre que había comenzado a escuchar cerca de un año antes, cuando Felipe entró a estudiar al Instituto.
    
    B: —No. Puedes llamar a la escuela e informarte, pero si estás planeando ir a su casa, te sugiero que no lo hagas.
    
    Y: —¿Por qué?
    
    B: —Es obvio, ¿cómo crees que se sentiría Felipe si eres tu quien tiene que ir a pelear sus batallas? —mirándome fijamente —. Solo empeorarías las cosas.
    
    Y: —Pero, quiero ayudarlo…
    
    B: —Lo sé, mamá. Pero ya sabes como son los hombres, orgullosos y tontos algunas veces.
    
    Volví a suspirar, entendía perfectamente lo que mi hija me decía. Sabía que lo mejor era mantenerme al margen, pero es que me molestaba tanto verlo golpeado que no pude quitarme de la cabeza el que yo tenía que hacer algo.
    
    Esa misma noche, antes de acostarnos le conté a Mi Mor lo que pasaba. Y me repitió lo que mi hija ya me había dicho esa tarde.
    
    MM —Tiene que aprender a defenderse — dándome la espalda —. Ya es un hombre.
    
    Esa fue toda la conversación que tuve con mi esposo esa noche. Nos habíamos distanciado recientemente, el amor seguía intacto, pero nuestros trabajos cada vez nos permitían vernos menos.
    
    Finalmente me acomodé en la cama, pensando que tal vez mi hija y Mi Mor tuvieran razón. Sin embargo, escuché un ruido en el pasillo, tras unos segundos de dudas ...
    ... salí de mi habitación para revisar.
    
    No había nadie, pero la puerta del baño estaba entreabierta, y la luz encendida. Iba a volver a la cama cuando otro ruido me detuvo, fue un quejido claro que me hizo encaminarme hacia el lugar.
    
    Asomé un poco la mirada por la ranura de la puerta y lo que vi me hizo contener la respiración.
    
    Ahí estaba Felipe, mirándose al espejo con el torso desnudo. Los moratones de su rostro no eran nada comparados con los que tenía en su cuerpo. Muchas marcas de puños adornaban su abdomen.
    
    Pensé en entrar y decirle algo. Pues él se las tocaba y el gesto en su rostro era de completo dolor. Pero no lo hice, decidí que lo mejor que podía hacer era dejarlo en paz en ese momento, Mi Mor y mi hija tenían razón en una cosa, él orgullo de Felipe era importante, pero no tanto como para que yo no tomara la decisión de ir al día siguiente a hablar con los padres del maldito que le hacía eso.
    
    Al día siguiente a duras penas pude concentrarme en el trabajo. Me la pasé pensando todo el tiempo en las heridas que había visto en Felipe, y en cómo podría hacer para ayudarlo.
    
    Lo mejor era hablar con los padres de Cristian, tal vez ellos pudieran hacerlo entrar en razón.
    
    En cuanto salí del trabajo me despedí hable a casa con mi hija, inventándole que tenía que hacer un encargo para la empresa. Esa misma mañana había llamado a la escuela y tras una larga charla telefónica en la cual tuve que demostrar que yo era familiar de Felipe e inventar también una excusa ...
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