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Claudia, una verdadera zorra
Fecha: 16/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... de baño de un color verde y blanco a cuadros debería de ser de una copa D. Bien se le podía hacer fácilmente una rusa a esta mujer. Su bikini brasilero era también del mismo color y apenas le cubría su sexo y cuando regresaba, podía ver como ese bikini se le hundía y le hacía una raya hacia abajo. No se habrá tardado más de dos minutos en traer una cerveza, pero en ese tiempo mi mente había procesado varias fantasías de cómo follaría aquella mujer y por qué se había removido aquella tela que parecía falda… ¿acaso intentaba provocarme? Si lo intentaba o no, salía sobrando, pues la verdad que mi pene reaccionó en una potente erección que fue más que obvia, pues llevaba de esos pantalones de seda un tanto sueltos y mis típicos bóxer y de seguro Claudia me había visto el bulto pues me dio una sonrisa como diciendo: -Te he excitado. Claudia quizá medía sin zapatos 1:60 y yo con zapatos 1:88 y en esa posición reclinado a ese estante no tenía que hacer mucho esfuerzo para clavar su vista al bulto comprimido de mi falo. Me dio la cerveza y sin disimular bajó la vista a mi bulto como para confirmarme que ya me lo había visto y que me había excitado. No se alejó mucho de mi y con una sonrisa chocamos las botellas en forma de brindis y dimos un pequeño sorbo y esta mujer después de saborear la cerveza con sus labios se saboreó sus labios coquetamente. La verdad que su accionar me había puesto algo incómodo y solo se me ocurrió decirle: - ¡Que bien cae una cerveza bien fría para ...
... calmar el calor! -le dije. - Yo… la verdad necesito más que una cerveza fría para calmar el calor que siento… y veo que tu tienes un hermoso instrumento que fácilmente me lo quitaría. – y Claudia me había puesto su mano tomando mi falo comprimido. Desde ese punto esta mujer tomó la iniciativa y sentí la presión y la excitación de lo prohibido. Me bajó el cierre del pantalón sin desabotonármelo y me sacó la verga por una de las mangas de mi bóxer. Solo escuché que dijo: ¡Tienes una linda pinga! – o algo así. Agachada comenzó a darme una mamada a lo que me había sacado del pantalón y yo desde arriba miraba ese panorama de sus nalgas desde ese ángulo. Me chupaba la verga divinamente y de vez en cuando tomaba un trago de cerveza y sentía ese frío de su boca que luego cambiaba rápidamente al calor corporal y esa sensación era realmente muy rica. En ese momento solo se me ocurrió decirle: - Tu marido puede llegar en cualquier momento. - No te preocupes, conozco muy bien el ruido de su auto y cuando se abre la puerta del guardacoches. Con los minutos y quizá pasaron unos cinco, se incorporó y me tomó de la mano y me guió a unas sillas también que estaban cerca de un mostrador e intuí que quería que le follara la conchita. Ella se sentó y solo se hizo de lado su bikini y pude ver su panocha húmeda y brillosa y yo me acomodé el falo para meterle cada uno de mis 22 centímetros. Nuevamente Claudia había exclamado: ¡Que pingota más hermosa tienes… Clávemela… quiero sentir ...