1. Su profesor particular (capítulo VI): Dispuesta a instalarse


    Fecha: 22/12/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Edstaston, Fuente: CuentoRelatos

    ... en la que pensar, solo servir, adorar y disfrutar de la sumisión a esa bellísima mujer.
    
    Cuando llegaron a la habitación, Elena se sintió satisfecha de cómo había ido todo. Miró la enorme cama para ella, la gran terraza, el baño con bañera de hidromasaje… Como se alegraba de haber tenido el valor de proponer ese pacto a Tomás. Además, no tendría que ocuparse de nada, tenía a su servicio una sirvienta profesional y un esclavo personal dispuesto a satisfacerla hasta en su más mínimo deseo. Solo tenía que mantenerlo todo el curso con la dosis de excitación y dominación precisa para que no perdiera el interés y ella se sentía muy capaz de hacerlo: tenía el carácter y la habilidad necesaria y ese cuerpo perfecto, incluyendo esos pies por los que Tomás se dejaría matar. En definitiva, se presentaba un curso de lo más confortable. ¡Pena que estuviera en su último año y no haberlo descubierto antes!”.
    
    Todavía sentada sobre la espalda de Tomás, Elena comenzó a hablarle: “Hay algunas cosas de esta habitación que me gustaría cambiar, Tomás. Por ejemplo, hay que buscar una buena mesa de escritorio. En la casa también vamos a hacer algunos cambios. Está bien, pero ya sabes, te falta el toque femenino. Por supuesto, tú te encargarás de pagarlo todo porque querrás tenerme contenta y que esté cómoda, ¿no? Ya lo iremos viendo”.
    
    Tomás no se atrevió a soltar la fusta de su boca para contestarle a Elena pero por supuesto, aceptaba que haría en la casa todas las modificaciones que le ...
    ... apetecieran a Elena, porque lo consideraba parte del acuerdo y, también, porque el deseo de servirla se había instalado por completo en su mente.
    
    Elena se levantó de la espalda de Tomás y dio una vuelta por la habitación, abrió el armario, entró en la terraza… Finalmente se sentó en la cama para comprobar la firmeza del colchón.
    
    Cuando estaba sentada en la cama, le dijo a Tomás “Ya puedes soltar la fusta, hombre. No hace falta que te quedes con ella en la boca para siempre. ¡Qué obediente estás ahora! Será el efecto del castigo, jajaja”.
    
    Tomás se dirigió a cuatro patas hasta una mesita y dejó la fusta allí. Luego se acercó un poco a Elena y, a cuatro patas y con la cabeza agachada ante ella, le pidió permiso para hablar: “Señora, si me permite decirle algo”.
    
    “Dime”.
    
    “Como ve, he preparado todo como usted deseaba y he hecho todo lo posible por agradarla, aun admitiendo los imperdonables fallos en su recibimiento, que usted con su generosidad ha castigado para enseñarme. Sin embargo, y espero no ser demasiado atrevido, todavía no he tenido ocasión de besar sus pies y ardo en deseos de hacerlo. Si usted me permitiese descalzarla y masajear y besar sus divinos pies, aunque sea sin quitarle los calcetines mientras llegan los operarios de la mudanza… Ardo en deseos de poder adorar esos preciosos pies. El tenerlos tan cerca de mí y no poder acceder a ellos es un suplico. Compréndalo, ¡es usted tan bella!”.
    
    Elena sonrió.
    
    “Bueno. Lo has pedido con educación y de ...