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Mi tía se deja manosear a escondidas
Fecha: 28/12/2024, Categorías: Confesiones Autor: rafael44, Fuente: CuentoRelatos
... coñito del cuál podía ver cómo sobresalían un poco sus labios. Volví a entrar en la casa y sin que nadie pudiera verme me adentré en el baño donde estaba mi tía jabonándose el cuerpo, ya una vez dentro eché el cerrojo de la puerta para que nadie pudiera entrar y así ella y yo poder disfrutar de dicho baño los dos juntos. Comencé a desnudarme y ella no quitaba la mirada de mis partes bajas, entré en la ducha y cogí la esponja bien empapada en jabón y comencé a jabonar su espalda y su bello trasero el cual me tenía loco cada vez que se lo tocaba. Ahora la tocaba a ella jabonarme a mí por todo mi cuerpo, mi pene comenzó a empinase hasta ponerse como un mástil de una bandera, mi tía se arrodilló en el plato de ducha y comenzó a pajearme al mismo tiempo que me hacía una buena mamada; madre mía como me la chupaba, la verdad es que tenía buen ritmo, como cuando tocan la zambomba pero con mi polla dentro de su boca. Así un buen rato, dale que te pego, saqué mi mástil de su boca, la puse contra la pared y la penetré bien honda, hasta que rozase mis testículos los labios de su coño, comencé a ejercitar mi cintura; hacia dentro y hacia fuera, hacia dentro y hacia fuera; así un ...
... buen rato, mis manos agarraban su cintura mientras mi pene entraba y salía de su madriguera una y otra vez, con suavidad y delicadeza. Pasada una media hora saqué mi polla de su coñito y se la introduje por el agujero de su culo, un poco dolor sintió al principio pero haciéndolo una y otra vez con mucho cuidado la iba dando de si su agujero más sagrado y difícil de penetrar. Poco rato después saqué mi pene de su garaje trasero y comencé a correrme encima de ella; sus tetas, su coño y su cara, aquello parecía que nunca terminaba de correrse, mi tía para terminar la faena del baño agarró mi polla, se la metió en su boca y comenzó a masturbarme con ganas para hacer que me corriese del todo. De mi polla aún salía semen que quedaba en las reservas de mis huevos hasta que por fin dejó de gotear y dejase mi pene bien estrujado como si de una esponja se tratara. Salimos del baño, eso sí; primero salió ella y después yo, para que no pensaran que habíamos hecho algo malo dentro del baño y tanto tiempo encerrados en él. Nuestros abuelos nos llamaron para que fuéramos a tomarnos las uvas y la verdad que para mí fue la mejor despedida de año que jamás olvidaré en mi vida. Fin