A la cama con una puta
Fecha: 28/12/2024,
Categorías:
Anal
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
Cerca de mi casa a unos tres minutos en coche tengo una de esas estaciones de gasolina que son a la vez una tienda de conveniencia. Además del producto principal venden bebidas de todo tipo, pizza, bocadillos de desayuno y cosas así. Yo de vez en cuando voy por las mañanas a tomar un café pues también tienen sillas y mesas en el interior o exterior del lugar, pues afuera tienen bonitos jardines. Los que les voy a relatar hoy me sucedió hace un poco más de un mes, pero me han pasado cosas muy interesantes en los últimos días que no he tenido tiempo de escribirlos.
Estaba en la línea para pagar mi café y veo a esta chica muy bien vestida, pues parecía una de esas chicas que van cada mañana a su oficina o a sus trabajos y se estaba tardando mucho para pagar y hablaba y a la vez esculcaba su cartera. Aparentemente no encontraba su tarjeta para pagar y es cuando me involucro y le pago su café y $10.00 de gasolina que necesita pues decía que su tanque estaba ya vacío. En total no fueron mas de $13.00 y ella me pedía mi número de teléfono para luego ella transferirme ese dinero a mi cuenta. Le dijo que no se preocupara, me da las gracias y ella sale del lugar y yo salgo con mi café y busco un asiento en el jardín, pues estos son los días de verano por este lado del mundo.
Siempre estoy al acecho de chicas, pero esta mañana los radares los llevaba desconectados y esta chica que me pareció más que simpática no me motivo para intentar ligármela. Quizá porque me parecía que iba ...
... para su trabajo y la observé con cierta prisa, pero inclusive cuando me pedía el número de mi celular, se lo había negado y quizá ahí estaba la oportunidad de comunicación con una chica nueva. Chica de tez clara, cabello oscuro a media espalda, muy bien maquillada que, si no vestía insinuadora, pero si se le miraba un escote generoso, con un vestido cuya falda caía sobre sus rodillas, un perfume llamativo, pero aun así no le lancé ninguna insinuación. Desde la mesa del jardín la observé echándole la gasolina que le había regalado. Veo que arranca el vehículo, pero en vez de salir hacia la calle, se estaciona frente a los jardines cerca de mi mesa y sale en dirección de donde yo estoy. Ya cerca me da una sonrisa y me dice:
-Disculpe, mi nombre es Marie y verdaderamente me gustaría pagarle el favor que me acaba de hacer.
-No te preocupes Marie… mi nombre es Tony. Ha sido un placer ayudarte.
-Gracias nuevamente… ¿Le puedo acompañar… no espera a nadie?
-Toma asiento… será un placer.
Rápidamente la conversación se matizó con los colores de la coquetería, pues esta chica se sentó cerca de mí, pues era una banca y con los minutos esta chica me había puesto su mano sobre mi pierna e intuía para donde todo esto iba. Hizo las preguntas pertinentes y creo que Marie intuía a la vez que yo era un buen candidato. Esta chica a quien estimé de unos 23 a 25 años no sé si se dedicaba completamente a la prostitución, pero fue de esta manera que me lo iba proponiendo.
-Mira Tony, ...