MI ESPOSA BIEN LO MERECE (5ª PARTE)
Fecha: 31/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... provocar, una faldita con cierto vuelo y unas sandalias con algo de tacón que realzaban sus piernas. Se saludaron y tomaron asiento. 20 minutos más y un par de copas después, Sergio iniciaba las primeras maniobras de aproximación. Le indicaba cosas al oído, le susurraba, le cogía un dedo acariciando su mano, tonteaba con su pelo y él se acercó, se miraron y ella se rindió a sus labios. Él cogió la carita de mi esposa y metió su lengua con mimo en su boquita. Se echó para atrás, pero acto seguido volvió a buscar la lengua de Sergio que se adueñó de la boca entera de mi mujer.
Él tenía agarrada a Marta por su cintura, dejaba una mano caer por su pecho y no dejaba de caldear la boca de Marta. Hasta dejaba un dedo en los labios de ella que aprovechaba para lamerlo con infantil lascivia. Ella dejó (por fin) caer una mano hacia la entrepierna de Sergio y por sus movimientos estaba descubriendo todo el pollón que aquel tenía entre las piernas. Pasada una hora, se retocaron un poco y ella con el móvil en la mano escribía algo. Me llegaba un mensaje suyo:
-"Cariño, estoy con Sergio y hemos pensado en ir a casa, si no te importa. Te espero allí".
Se me iluminó la sonrisa. Respondí que aún me quedaba un rato, un par de horas más e iría para allá. Ella se fue al baño, momento que aproveché para adelantarme y salir hacia mi casa. Sergio me vio salir con una sonrisa en los labios. Llegué a casa, dejé el coche en la parte de atrás y me camuflé en el armario del cuarto de invitados. ...
... Ahí nunca entrarían, pero podría moverme y escucharlos perfectamente. Nuestra habitación estaba al lado. No tardé en escuchar la puerta. Ella entró primero, él detrás, y oí como le instaba a ir a la cama.
Mi mujer jadeaba solo con desvestirse, él la acariciaba y le hablaba de todas las ganas que tenía de follarla. Él le pidió que se la mamase, ella comentó que aquello no le cabía en la boca... Le pidió un poco de lubricante y él accedió a ponerse. Había olvidado como crujía nuestra cama. Sus gritos, su forma de correrse, él no paraba de empujar, ella le pedía descanso, él hacía oídos sordos, seguía percutiendo el olvidado coñito de mi esposa.
Hora y media más tarde y no sé cuántos orgasmos de mi esposa después, el gruñó como un animal y llenó de semen mi cama. Yo había salido previamente, abrí y cerré la puerta de entrada haciendo que llegaba a casa. Se movilizaron un poco, aunque me recibieron en el dormitorio. Sergio, desnudo, mostraba una importante erección, ella, avergonzada, se ocultaba tras la sábana como la colegiala que ha sido descubierta en un engaño y espera su castigo. Me acerqué, la besé largamente y pregunté si deseaban tomar algo.
Mientras fui a por una cerveza Sergio volvió a subirse sobre Marta. Ahora la montaba de perrito. Su pollón entraba y salía del coño de mi mujer algo más rápido gracias al charco de flujos que producía. Aquel hombre parecía no tener fin, igual que la boca de mi esposa no dejaba de fémur y gritar que se corría. Uno tras otro, ...