1. Una Tarde para Recordar


    Fecha: 29/10/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de Paola, rogándome que no me fuera a las manos. Para mi sorpresa, me miró con sus ojos verdes y grandes, y separándome lentamente de mi amigo me dijo que hasta los toros mas recios necesitaban un tiempo de descanso para reponerse y cobrar nuevamente fuerzas. Continuó diciendo que yo ya la había brincado varias veces y que si Tom era realmente mi amigo, debía también darle algo de chanza.
    
    Para mi asombro me prometía mantenerme ocupado, endureciéndomelo incluso en su boca mientras compartía con Tom, que lo importante era que todos nos divirtiéramos y estuviéramos felices. Le iba a contestar que no me gustaba que se metieran otros cabrones cuando estaba solo con una chava pero Tom ya se había desnudado, sacándose velozmente camiseta por los hombros y enredando en su apuro hasta calzoncillos y calcetines entre sus pantalones. Sólo a pasos de la cama Tom, sin embargo, se detuvo. Mirándome con su pinche mástil en alto me sonrió como pidiéndome un último permiso y yo, recordando como siempre ese carnal me ha ayudado y los años de amistad, le dije todavía algo irritado que ni modo, que si quería brincársela que lo hiciera.
    
    Tom, con una sonrisa, puso a Paola rápidamente como perrita y comenzó sin perdida de tiempo a atracarla fascinado por atrás. La zorra de Paola lanzaba nuevamente fuertes gritillos mientras Tom endurecía y relajaba su trasero al tiempo que le daba a la chava feroces envestidas. Por un rato hice las del mirón, y los estuve observando, pero como no me ...
    ... excitaba ver la raja de un pinche cabrón me fui por delante de Paola quien dejando de gritar como berraca se hizo cargo de mi con boca y lengua, y comenzó entonces a despertármelo con tremendas y deliciosas mamadas. El pobre Tom, por su parte, debía de haber estado mucho tiempo en ayunas, porque se vino luego, luego con un ronco y seco aullido. Paola, entonces, sacándose de la boca mi órgano ya semi-erecto, exclamó riendo, "ya vez que no había razón para enojarse tanto, no fueron ni tres minutos y ya lo tienes fuera de combate".
    
    Se que yo no debí haber soltado una carcajada pero la forma en que Paola lo dijo me había causado mucha gracia. Tom reaccionó furioso y agarrándome por los hombros me lanzó de espaldas al suelo al tiempo que el mismo se arrojaba sobre mi. Yo soy mas fuerte que mi vecino y me puedo defender muy bien, pero el hecho de tenerlo encima y todavía en bolas y recién eyaculado obviamente no me agradaba. Paola, sin embargo, estaba facinada viendonos rodar y pelear desnudos sobre el piso de madera. Al cabo de un rato, sin embargo, y cuando yo ya tenía al pobre Tom bien dominado, espaldas contra el suelo y brazos extendidos, sentí por detrás y sobre mis sacos la húmeda lengua de Paola. Con una sonrisa solté entonces los brazos de Tom, quien, como yo, volvía ahora a reir al sentir él también los besos húmedos de la muchacha. La zorra de Paola con sus manos, cara y lengua nos estaba procurando aun tiempo placer por igual a los dos.
    
    Aunque me parecía algo extraño ...