1. Me cogí al esposo evangélico de mi amiga Tatiana


    Fecha: 02/01/2025, Categorías: Infidelidad Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos

    Conocí a Tatiana al ingresar a la universidad. Era una chica evangélica. Desde el primer instante nos dimos cuenta que era distinta. Faldas largas, sandalias, blusas. Era muy alta y muy guapa, pero siempre conservadora en su vestir, hablar y proceder. Las primeras semanas hubo un cierto distanciamiento entre el grupo y ella, pero con el tiempo nos conocimos mejor y nos hicimos todas buenas amigas.
    
    Al principio no participaba de nuestras actividades. Pero con el tiempo empezó a acompañarnos. No bebía, no bailaba, pero estaba con nosotras y se divertía mucho. Los chicos aprendieron a aceptar su forma distinta de ser y al final, a pesar de sus peculiaridades, era una más del grupo.
    
    Al terminar la universidad mantuvimos el contacto en Lima. Nos reuníamos una vez al mes o algo así. Luego se fue a vivir a Estados Unidos y le perdí un poco el rastro. Volvió casada. Con un gringo, George. Nos lo presentó en una reunión y, para ser sincera, todas la envidiamos. Que hombre para delicioso. De su misma religión. Agricultor. Por las fotos que nos enseñaban, vivían en una enorme casa de campo. Venía cada año al Perú a visitar a sus padres y hermanos. Mientras estaba acá nos reuníamos. Algunas veces con esposos y novios, otras solo salidas de chicas.
    
    El Facebook hizo todo más fácil y el contacto se hizo fluido. En algún momento su esposo me envió una invitación y acepté. Por tiempo sólo me enviaba saludos por mi cumpleaños o me felicitaba por alguna publicación de mis logros o ...
    ... cualquier cosa que le resultara interesante.
    
    Poco a poco fuimos tomando más confianza e intercambiábamos mensajes con más frecuencia. Nos hicimos amigos y la familiaridad se hizo mayor.
    
    De pronto dejó de escribirme. No le di importancia. Pero como un mes después le escribí y le pregunté como estaba, si todo estaba bien.
    
    Se soltó completamente. Creo necesitaba alguien con quien hablar. Me dijo que Tatiana lo había engañado. Que ya la había perdonado, pero que aún le dolía.
    
    Me sorprendí muchísimo. No me imaginaba a Tatiana, tan conservadora, tan religiosa, tan seria y formal, engañando a su esposo.
    
    Le dije que, si la había perdonado, para adelante y que olvide todo. Fueron semanas en las que fui su paño de lágrimas. Hasta me compartió fotos del “amante” de su esposa. Un tipo que me parecía muy feo. Sin gracia. Gringo también, pero de los gordos y maltrechos. Nada que ver con George, que era realmente lindo, absolutamente lindo.
    
    Pasaron los meses y todo se tranquilizó. Me dijo que había perdonado y olvidado y dejamos de hablar del tema. Cuando les tocó venir a Perú me preguntó si un día podíamos salir a almorzar o tomar un café. Que quería agradecerme toda la buena vibra en sus días más difíciles. Le dije que por supuesto.
    
    Estando ya por venir me pidió si podíamos salir sin que Tatiana supiera. Ella no sabía que yo había sido su confidente y paño de lágrimas. Me pareció razonable. Llegaron a Lima y, antes de verme con ella, salí a almorzar con George. El puso ...
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