1. Tras el primer concierto (II)


    Fecha: 06/01/2025, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... difícil de soportar. Escuchó un resoplido procedente de Héctor y comprendió que se reía, si no de él, de algo relacionado con él.
    
    –Te lo juro. Pero puedes hacer tú mismo la prueba: fóllate su culo, con ganas, y a ver si no cambias de idea.
    
    –Hagamos la prueba –confirmó con los ojos brillantes y una sonrisa artera en su cara.
    
    Sin dirigirle la palabra Héctor extrajo de un tirón el consolador y le agarró del pelo, usándole a modo de correa para controlarle. El joven notó como el peso detrás de él se elevaba del colchón, que recuperó su forma con un breve chirrido del soporte que le sostenía. Algo aturdido iba a preguntar qué hacían cuando Héctor cambió de postura, sentándose cómodamente al borde de la cama y tirando de él para que se levantase. En ese momento Víctor recogió su coleta y tiró, con la fuerza suficiente para que doliese, pero no lo bastante como para arrancarle ningún pelo. Con los brazos aún a la espalda, firmemente sujetos por las esposas de cuero, avanzó de rodillas por el colchón, temiendo caerse a la hora de abandonar la cama. Se inclinó peligrosamente hacia adelante, perdiendo un momento el equilibrio antes de que el músico le sujetase sin esfuerzo, con uno de sus enormes brazos que más parecían troncos. Abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiese decir una sola palabra la carcajada de Víctor, muy cercana a su oído, se la cerró de nuevo.
    
    –¡Mira esto! Hemos sido unos maleducados todo este tiempo.
    
    Héctor enarcó una ceja, con un ligero ...
    ... desconcierto divertido. Resultaba obvio que la idea de haber sido “maleducado” dadas las circunstancias le resultaba divertida, pero también le causaba curiosidad por saber a qué se refería su amigo. Con maldad Víctor pellizcó uno de los pezones del chico que gimió y se resistió dentro de sus escasas posibilidades. La cara de Héctor se iluminó al comprender lo que pretendía. Con una carcajada metió la mano en uno de los bolsillos pequeños de la mochila y le lanzó algo a su amigo, quien lo atrapó tan rápido que Álvaro no pudo precisar de qué se trataba. Víctor besó el cuello del joven, un gesto de burla pues al mismo tiempo tiró nuevamente de sus pezones, con fuerza, clavando las uñas ligeramente. El placer se mezcló con el ligero dolor que sintió y soltó un grito agudo, mientras jadeaba con fuerza. Su pecho subía y bajaba con agitación, poniendo de relieve los pectorales no demasiado marcados y con ellos los pezones de color claro.
    
    Abriendo la mano Víctor reveló en ella dos sencillas pinzas de tender, de plástico de color azul. Álvaro estuvo tentado de soltar una risilla. Tenía las mismas pinzas en casa, las usaba siempre que hacía la colada para sostener las piezas en el tendedero y jamás se le habría ocurrido usarlas en la cama. No pudo evitar sonreír, expresión que no pasó desapercibida a ninguno de los dos hombres. El músico pasó las pinzas por el pecho del chico, sin dejar de pellizcar sus pezones con la otra mano. Héctor alargó su manaza y masturbó con ella el pene de ...
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