Tras el primer concierto (II)
Fecha: 06/01/2025,
Categorías:
Gays
Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
... Álvaro con rudeza, dando bruscos tirones que pronto marcaron el ritmo de los gemidos del joven.
–¿Te hace gracia? –preguntó Víctor, cuyo tono zalamero y casi empalagoso causó un escalofrío al muchacho, inmovilizándole de inmediato–. No debería, estas pinzas son engañosas. ¿Sabías que se pueden usar de varias maneras?
Álvaro negó con la cabeza, sin atreverse a hablar. Héctor pasó su pulgar por el frenillo del joven y apretó con fuerza, arrancándole un grito y provocando que intentase retirarse. Esfuerzo vano pues Víctor le tenía bien sujeto.
–¿Ya te has olvidado de lo que tienes que hacer si te preguntamos?
–No, perdón, perdón, lo siento mucho– se apresuró a responder entre jadeos–. No me hace gracia, es que tengo las mismas pinzas en mi casa y por eso pensé que era divertido, la coincidencia, nada más. Tampoco sé cómo se pueden usar salvo para tender la ropa o cerrar bolsas o algo así.
La explicación, apresurada, embarullada y confusa, pareció divertir a ambos hombres que cruzaron una mirada entre ellos. Con un fuerte azote en sus ya maltratadas nalgas Víctor reclamó nuevamente la atención del joven, que giró la cabeza para mirarle.
–La pinza puede colocarse de dos formas: la más suave es colocando el pezón en este hueco que tiene, así aprieta menos –mientras hablaba abría y cerraba una de las pinzas delante de la cara del chico, que la contemplaba absorto–; la segunda es colocando la pinza de forma que la parte plana presione el pezón, más ...
... dolorosa.
Álvaro tomaba aire en aspiraciones rápidas y breves. Uno de los largos mechones rubios se había escapado del puño de Víctor y oscilaba frente a su cara como un péndulo, impulsado por el aliento que escapaba de su boca. Con un gesto delicado el bajista lo devolvió a su lugar con los demás, sacando por un momento la pinza del campo visual del chico que suspiró con cierto alivio. Mordiendo el cuello del joven hizo un gesto a su amigo que levantó de la cama su inmenso corpachón. Situándose frente a Álvaro le dio una bofetada, no muy fuerte, lo justo para llamar su atención y ponerle en máxima alerta. A su espalda podía notar la erección del músico que se frotaba contra él sin que eso le supusiera ningún problema a la hora de mantenerle sujeto. Intentó alcanzar el pene con las manos, dándose cuenta rápidamente de que las muñequeras de cuero se lo impedían por la forzada posición. Tampoco podía alcanzar sus nalgas, que quedaban a merced de Víctor.
–Yo tiro, tú colócaselas como más te guste. Tápale la boca, por si grita.
De nuevo hablaban entre ellos como si él no estuviera. La manaza del músico, áspera y con los dedos encallecidos de las cuerdas de acero del bajo, presionó su boca a la vez que le retenía contra su corpachón. Había soltado su larga melena que ahora le caía sobre la cara, tapándole los ojos. Con un gesto descuidado Héctor se la apartó hacia atrás antes de pellizcar la aureola, de forma que el pezón se proyectó hacia fuera sin ningún esfuerzo. Víctor abrió la pinza ...