La profesora del colegio se hizo mi profesora de amor - parte III
Fecha: 07/01/2025,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hablamos otro ratito y caímos entonces en un sueno profundo sin quererlo. Cuando desperté miré el reloj y desperté a mi profesora con un beso y caricias muy tiernas de sus senos:
- Ya es muy tarde, tengo que volver a casa. Perdóname. Me gustaría quedarme para siempre contigo.
- Si tienes que irte, está bien, mi amor.
Me dijo "amor". Que caricia de mi corazón!
- Vas a volver? Me gustaría mucho. Podemos aprender uno de otra aún mucho...
- Ay sí sí sí, tú lo sabes, cuanto me gusta mi profesora.
Nos levantamos, ella se puso una bata, yo mi pantalón, camisa y zapatos. Nos abrazamos y nos besamos locamente. Sentí como una mano de ella apretó fuerte a mi pene.
- Cuida eso, por favor!
Mi mano llegó entre sus piernas.
- Y tú eso y lo demás, mi rica profesora.
- Vete ahora!
Me fui a casa completamente confuso. Aún no entendí nada. Mi profesora me amaba. Y lo había mostrado de una manera singular.
Poco después gané una beca y fui al exterior. No la olvidé. Le escribí una tarjeta explicando a ella el motivo de mi ausencia. Me respondio: Te espero.
Volví un ano más tarde. No la contacté. Fui a una excursión con mi clase del colegio, la última excursión. Después yo iría a estudiar en EEUU. Fuimos a la playa. Durante manana hubo cursos, después del medio día tiempo de deportes en la playa.
Una tarde jugamos fútbol en la playa. Hizo mucho calor, sudamos mucho. Nuestros cuerpos brillaron. De repente perdí el interés, mis colegas reclamaron.
- Qué ...
... estás mirando?
- Nada.
Miré a una senora que se acercó con pasos lentos a nuestro campo. Me parecía ella.
- Sí, estás mirando aquella senora? La conoces?
- Aún no lo sé.
Ahora estaba más cerca. Sí, era ella. Vistió un largo vestido blanco un poco transparente y algo ajustado. Guapísima figura. Aparentemente le gustó sentir el viento como acaricia al cuerpo. Corrí para saludarla.
- Ay mi M, que estás haciendo aquí? Que gusto de verte.
- Cómo estás J.?
En este momento había dicho su nombre por la primera vez.
- Estamos de excursión, último ano. Después me voy a estudiar en EEUU. Y tú? Qué andas haciendo por aca?
- Tengo algunos días de vacaciones. Me gusta la playa, el mar, el sol, la soledad. Buen relajo.
- Y dónde resides?
- Allá, hay un hotelito con cabanas. Es bien simple, pero tiene buena cama y rica comida. No necesito más. Si tienes tiempo visítame. Me quedo otros dos días.
- Bueno, mis colegas ya se ponen impacientes. Cuídate J.! Ya voy a ver...
- Que te vaya bien, mi M. Adios.
Despacito se fue. No pude sacar mis ojos de ella. Ahora ví su espalda. Una tanga negra dividió sus opulentas nalgas morenas que bailaron debajo de la tela blanca a cada paso de ella. Que banquete visual!
- Quién es esa tía rica? La conoces bien? Que fuego.
- Sí, la conozco. Era mi profesora. Pero vamos a jugar.
Mi concentración se había ido. Solamente pensé en ella. Después de la cena pedí permiso. Quise hacer otro paseo en la playa disfrutando ...