Unos días calientes en tierra caliente
Fecha: 09/01/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Abril2021, Fuente: CuentoRelatos
Este es mi segundo relato, soy Abril de Bogotá, Colombia, tengo 31 años, delgada de nalgas grandes, senos no tan grandes pero bien paraditos, de pequeña estatura cabello negro largo y piel trigueña.
Desde hace más de dos años, por la pandemia no tomo vacaciones, al sentirme tan cansada por el trabajo las pedí, usualmente me gusta la playa pero aún no me siento muy tranquila con lo del coronavirus y decidí viajar a un pueblo cercano pero eso si con clima caliente para darme baños de sol a mi piel que tanto lo necesita, fui a la casa de un primo, es de una planta con piscina compartida con los residentes del condominio.
Llegue un miércoles pasadas las 4 de la tarde, decidí viajar sola, lleve en el carro los víveres para pasar una semana.
En mi maleta llevaba solo bikinis vestidos de verano muy ligeros y frescos, shorts de jean y un par de tops, sandalias y converse, no lleve pijamas ni ropa interior.
El primer día cuando llegue en la casa del lado note que había un señor de unos 65 años, con barba y cabello totalmente blanco se notaba que en su juventud fue muy guapo aún lo es, lo que más me llamo la atención fueron sus ojos entre azules y verdes y los labios rojitos y carnosos, me saludo muy caballero y mientras bajaba mis cosas del carro se ofreció para ayudarme, se presentó soy Julio mucho gusto bella dama, olía delicioso, en la cocina de la casa de mi primo le ofrecí si quería algo de tomar pero como todo estaba en el carro no había nada frío por lo cual me ...
... dijo -mejor te invito yo, tengo cerveza fría en mis casa- fue por ella y mientras regreso me cambié de ropa dejándome un top blanco, un short de jean desgastado y descalza.
Cuando regresó con las cervezas me sonrió y me dijo que me quedaba muy bien esa ropita, note que abrió sus ojos mucho y se pasó la lengua por los labios, charlamos muy divertidos mientras tomábamos las cervezas heladas, me pregunto el tiempo de mi estadía y qué planes tenía, le dije que solo iba a descansar, tomar el sol y nadar en la piscina y que me quedaría por una semana, el caballero se ofreció para acompañarme porque también estaría solo hasta el viernes que llegaba un gran amigo, me pareció muy amable y en cierto punto me gusto su compañía, después de dos horas de charla y cerveza ya sentía un poco de mareo y de hambre por lo cual me ofreció pizza para cenar, pusimos música, reggaetón terminados bailando, entre risas, charlas y coquetería, después de la pizza y el baile decidimos ir a descansar y quedamos en desayunar juntos y luego ir a la piscina.
Fue a su casa me duché y me fui a dormir desnuda porque no tenía pijama. Dormí delicioso a la siguiente mañana me desperté me di una rica ducha y envuelta en la toalla me dispuse a preparar el desayuno.
Cuando estaba en esto tocaron a la puerta y llegó julio para nuestra cita mañanera.
No voy a negar que el toque de cocinar en toalla fue totalmente a propósito para provocar, yo ya tenía en mi mente que en esta semana iba a pasarla muy bien con ...