1. Balseros (X): Juan el potrillo cerrero


    Fecha: 27/01/2025, Categorías: Gays Autor: ThWarlock, Fuente: CuentoRelatos

    El hecho de saberme bisexual era algo que mi cerebro toleraba bastante bien. Me sentía bastante a gusto. Así que poco a poco comencé a sentirme más cómodo con mi nueva identidad. Al fin y al cabo no todos los días te ocurre que tu amigo y compañero de apartamento te seduce para que tengas sexo con él.
    
    Era Lunes y estaba solo además todos sabemos que la masturbación es parte de la rutina casi diaria de un hombre soltero y en su máxima expresión de la sexualidad. Una película gay no me vendría mal, pensé y salí caminando sin pensarlo al lugar de rentar videos más cercanos.
    
    Llegué minutos más tarde, jadeando y sudando pues el calor era insoportable. Ahí estaba Juan, un cubano que había llegado hacía poco, también en lancha y tenía 31 años. Al que pedí con toda confianza, un poco de agua para calmar mi sed. Era más pequeño que yo de estatura y tenía musculatura natural, propia de trabajar toda su vida en el campo, era como se dice allá en Cuba un guajiro macho. Sus manos eran bien pequeñas y callosas y siempre andaba con una sonrisa en esos labios carnosos que invitaban a un buen beso…o algo más, tenía un pelo negro como azabache, que siempre andaba revuelto, como niño malcriado que no le gusta peinarse. Escogí minuciosamente que iba a llevar y no pude ocultar el nerviosismo a la revelar mi selección; Nuestras miradas se cruzaron mientras él decía: ¿Tu estas seguro que esta es la película que vas a llevar? a lo que yo sin hablar, asentí con la cabeza. Se fue adentro ...
    ... mientras yo pensaba la excusa adecuada para tapar mi deseo de ver una película gay esa noche; Entonces lo miré por primera vez con interés y pude apreciar que debajo de sus jeans se escondían unas abultadas nalgas, más su cintura era estrecha y su espalda ancha y musculosa.
    
    Cuando lo vi salir, tomé aliento para hablar al mismo tiempo que mis ojos iban directo a donde se suponía que tuviera un buen abultado paquete, pero allí no encontré nada, entonces sentí su voz que sin mirarme a la cara me decía. No te preocupes que yo voy a ser bien discreto, y agregó mirando a mis ojos: Recuerda que yo trabajo lunes, miércoles, y viernes. Yo pensé que lo hacía para demostrarme confianza; hasta que me dijo mientras me entregaba la película: yo cierro aquí a las 11, aquí estoy para lo que te haga falta y me guiñó un ojo. Primero no entendí, porque si el negocio cierra a las 11 ¡que carajo iba yo a hacer después de esa hora ahí! Pero yo, por si acaso no hablé ni una palabra. Su comentario lo que hizo fue ponerme más nervioso de lo que ya estaba; alejándome con un ademan de despedida y dándole las gracias.
    
    Mientras caminaba las escasas cuadras que me separaban de mi apartamento comencé a descifrar lo que me hubiese querido decir Juan con aquello de "Lo que te haga falta" ¿Pensaría que me hacía falta compañía? bueno, si era eso, parece que él, estaba dispuesto a cooperar. A lo mejor a quien le hacía falta algo o alguien era a él ¡Qué barbaridad! me dije, uno nunca sabes quién es quién y ...
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