Nelson me convierte en el traga leche (capítulo diez)
Fecha: 01/02/2025,
Categorías:
Gays
Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... quedara nada que fuera a molestarnos. Cuando regresé al cuarto, él estaba en la cama boca arriba con el asta en la mano y sonriéndome. Tuvimos un sexo feroz, atroz como él sabía hacer y porqué no, como yo sabía hacerlo también. Al rato cuando quiso venirse hicimos el cambio y de sólo meter su pinga en mi boca se vino llenándome toda la boca de su leche. Un hilo blanco y espeso se me escapó y él con su pinga lo recogió de mi mentón y me lo devolvió para que me lo tragara.
- Ya ves, mami, cómo aprendiste de rápido.
- Tú me dijiste lo que tenía qué hacer, ¿no?
- Sí, mami, ya sabes que la pinga pa´tu culo y mi leche, pa´tu boca. Quiero que te hagas adicto a mi semen y que sepas reconocerlo de probarlo u olerlo.
Nelson era el colmo de lo macho, del macho singador, cogedor de culo y gozador. Ya de escuchar aquellas palabras, me entraba deseos de que me pidiera de nuevo entregármele, pero tenía que irse al trabajo por lo que desayunamos nuestro primer desayuno de amantes, ambos desnudos y muy acaramelados. Aquellos fueron mis primeros pasos para convertirme en el traga leche de Nelson y bueno, más tarde de sus amigos. Ya había empezado otra etapa de mi vida en la que tenía que cambiar el goce de sentir el culo chorreando leche por el de tener la boca o la garganta llena de semen.
Como a los dos días fuimos a una tanda de cine, nos sentamos en la última fila y aunque al principio no me imaginaba lo que iba a pasar, pronto caí en cuenta de que estábamos allí para que yo ...
... le chupara la pinga. Por suerte la película era soviética y siempre tenía poco público, siendo un clavo de mala, estaba claro que casi nadie iría al cine. Nosotros estábamos apartados de los cuatro gatos que había en la sala. Me susurró al oído que se la sacara, yo ni sé por qué o qué mosca me había picado que lo obedecí. Metí la mano en su pantalón y saqué su pinga que empezaba ya a ponerse dura, y empecé a mamársela mientras él gozaba. Me pareció que alguien pasó pero él miraba y cómo no dijo nada, seguí chupando hasta que sentí el sabor salobre en mi boca seguido por un chorro caliente. Me incorporé relamiendo mis bigotes mientras él se guardaba en el pantalón su tolete.
- ¡Así me gusta, mami, mamas que es una locura! - me dijo al oído.
- ¿Y hoy no voy a tener mi tanda de caña…? - le dije aludiendo a si singaríamos.
- Cuando lleguemos a casa, recibirás tu tanda, nene.
Así fue cuando llegamos a casa me dijo que me preparara que me iba a dar la caña que yo quería, empezó escupiendo su pinga y mi culo, casi a lo seco y cuando protesté, me recordó que yo quería caña y la iba a tener. Costó algo de trabajo y su dolor al principio, pero me cogió el culo allí, en la sala, de pie sin miramientos llamándome puta, limpia pinga y traga leche. No lo había visto así de grosero. Empujaba con fuerza bruta, un animal como queriendo rajarme el culo, cuando iba a venirse me obligó a arrodillarme para cumplir con el ritual de tragar su semen. Terminó empujando hacia adentro toda ...