Cazador cazado
Fecha: 05/02/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Jere, Fuente: CuentoRelatos
Todo es real, todo es ficticio, todo es una mezcla entre ambos.
Era una tarde cualquiera, yo estaba en mi trabajo, me encontraba bastante relajado ya que estaba solo y había finalizado mis tareas.
En un momento me llega un mensaje de mi amiga Vanesa diciendo que estabas cerca de mi lugar de trabajo y que pasaba un rato; inmediatamente respondí que si y me dispuse a esperarla.
Ese día yo llevaba jean, zapatillas y remera de mi banda de rock favorita, sin abrigo porque hacía calor por esos días. Hacía ya un tiempo que con mi amiga teníamos cierta tensión sexual cuando nos mensajeabamos o nos veríamos y esta vez estaba decidido a no dejar pasar la oportunidad. Evidentemente no era la única persona dispuesta.
Al llegar Vane me saludo cordialmente y comenzamos a charlar sobre cosas triviales. Ella llevaba un pantalón de vestir negro y camisa blanca. ¡La verdad que se veía preciosa! Me enloquecía con sus profundos ojos, su mirada desafiante y su boca súper antojable.
Le ofrecí algo para tomar a lo que respondió que no, inmediatamente ví mí oportunidad.
Esteban (yo): -¿A todo lo que te ofrezca me vas a decir que no? -Dije mirando con sonrisa pícara
Vane: -Mmm... Depende qué sea. ¿Qué más tenés para ofrecerme?
Es: -No sé, pero si podría desabrocharte la camisa con pocos movimientos.
Ella se río mirando al piso. Rápidamente me clavó la mirada en los ojos, su cara había cambiado y dijo:
V: -Seguro que no podes.
Sin decir nada me acerqué sosteniendole ...
... la mirada y me puse casi pegado a ella. Apoyé el dedo índice en la muñeca de su mano derecha y lo fue subiendo por su brazo. Repetir el mismo movimiento con el otro brazo. Apenas la rozaba, sin ponernos de acuerdo comenzamos con un juego de histeriqueo que si, que no, que avanzo, que retrocedo.
Le busque los labios con mi boca pero ella corrió la cara. Sonreí y rocé su pecho con el índice de mí mano derecha. Avance un paso, luego otro a la par que ella retrocedía quedando contra la pared.
E: -¿Y ahora? No tenés escapatoria.
V: -Aún así no vas a poder. -Dijo ella.
Agarré el primer botón de su camisa con mi mano pero sólo lo estiré sin sacarlo del ojal. A ella se le dibujó una sonrisa pícara y me soltó desafiante “parece que más bien no te animás”.
Con mi mano izquierda tomé la suya y la posé sobre mi hombro y al momento de bajar mi mano le apreté un pecho. Ella suspiró, tiró su cabeza hacia atrás y cerró los ojos.
En ese momento desabroché el botón que tenía agarrado y volví a apretar su pecho pero esta vez con mi mano dentro de su bella camisa blanca. Automáticamente me clavó una mirada fulminante con cierta rabia en los ojos. Pero nada para preocuparse, ella sabía que había perdido ese movimiento.
Seguí acariciando sus tetas e intenté besarla nuevamente, cosa que no sucedió. Besé su cuello dando un pequeño y suave mordisco y desabroché el segundo botón.
V: Parece que sí te animaste pero no vas a ganar.
E: ¿Segura? Porque podría asegurar que ya hasta ...